Washington
CNN
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Economistas y altos responsables de política monetaria de la Reserva Federal ven un riesgo creciente de que el mercado laboral de Estados Unidos se debilite debido a la errática guerra comercial del presidente Donald Trump, según quedó registrado en las actas de la última reunión de política monetaria del banco central, publicadas este miércoles.
“Se esperaba que el mercado laboral se debilite sustancialmente”, se lee en las actas. Además, mencionan que, en las reuniones del 6 y 7 de mayo, los economistas de la Fed también revisaron al alza sus proyecciones de inflación para 2025 y redujeron sus expectativas de crecimiento económico. Los responsables de la Fed también expresaron su preocupación acerca de si el mercado laboral podrá mantener su resistencia, sobre todo si Trump continúa con su inconsistente y volátil régimen arancelario.
“Los participantes evaluaron que existía el riesgo de que el mercado laboral se debilite en los próximos meses. También observaron una considerable incertidumbre en torno a las perspectivas del mercado laboral, y concluyeron que los resultados dependerían en gran medida de la evolución de la política comercial, así como de otras políticas gubernamentales”, indicaron las actas.
A principios de este mes, los funcionarios de la Fed votaron por mantener estables los costos de los préstamos por tercera reunión consecutiva, a la espera de una mayor claridad en la dirección de las políticas de Trump y en la respuesta de la economía estadounidense a sus grandes cambios de política.
La resistencia del mercado laboral ha permitido a los funcionarios de la Fed mantener la tasa sin cambios, lo que significa que no tienen que intervenir para proporcionar alivio económico mediante un recorte de tasas. Pero eso podría cambiar si se confirma que la contratación se está desacelerando bruscamente, o incluso disminuyendo.
Algunos funcionarios de la Fed señalaron que “sus contactos y los encuestados en estudios empresariales informaron que están limitando o pausando las contrataciones debido a la elevada incertidumbre”.
Sin embargo, hasta ahora, la situación del mercado laboral estadounidense no parece demasiado mala. El mes pasado, el desempleo se situó en un bajo 4,2 %, y los empleadores añadieron unos sólidos 177.000 empleos. Las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo también siguen siendo relativamente bajas.
El futuro de la economía estadounidense ahora depende en gran medida de lo que ocurra con la cambiante guerra comercial de Trump, aunque parece que las tensiones se han aliviado desde principios de abril, cuando Trump anunció un gran aumento de aranceles a decenas de países.
Trump retrasó sus llamados aranceles “recíprocos” hasta el 9 de julio, después de que entraran en vigor brevemente. Desde entonces, algunos países han dado señales de estar dispuestos a negociar y hasta de alcanzar un acuerdo comercial completo con Estados Unidos. El 8 de mayo, el Reino Unido fue el primer socio comercial en anunciar un acuerdo con EE.UU., que no fue un tratado comercial en forma, sino más bien un marco de cooperación.
Luego, el 12 de mayo, China y Estados Unidos anunciaron conjuntamente que ambos países reducirán drásticamente los aranceles sobre los productos del otro durante un período inicial de 90 días. Y, esta semana, la Unión Europea declaró estar dispuesta a acelerar las negociaciones comerciales con Estados Unidos, lo que llevó a Trump a dar marcha atrás en su reciente amenaza de imponer un arancel del 50 % a las importaciones provenientes del bloque.
Pero el tiempo corre: Trump todavía debe concretar más de 100 acuerdos comerciales antes de principios de julio. Y con China aún hay varios puntos de fricción. La semana pasada, el Ministerio de Comercio de China acusó a Estados Unidos de estar “socavando” el acuerdo al que ambas naciones llegaron en Ginebra a principios de mes, luego de que el Gobierno de Trump advirtiera a las empresas sobre el uso de chips de inteligencia artificial fabricados por el gigante tecnológico chino Huawei. Beijing también ha afirmado que no tiene ningún papel que desempeñar en el control del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, enfrentando la exigencia de Trump de medidas para frenar la epidemia de esta droga.
La salud del mercado laboral es crucial porque se trata del mayor motor que les permite a los estadounidenses impulsar la economía con su consumo. El gasto del consumidor representa aproximadamente el 70% de la economía de Estados Unidos.
Si comienzan a aumentar los despidos, los estadounidenses se verán obligados a reducir sus gastos, lo que podría desencadenar una espiral descendente de menor crecimiento económico y más despidos.
El panorama sigue lleno de incertidumbre tanto para la Reserva Federal como para las empresas y los consumidores. La Universidad de Michigan informó en una encuesta preliminar que la confianza del consumidor este mes cayó a su segundo nivel más bajo desde que comenzaron los registros en 1952, mientras que el Conference Board señaló que los estadounidenses se mostraron más optimistas en mayo por primera vez en varios meses.
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