Advertisement

La isla de la fantasía


Foto

▲ Fotograma de la cinta La balada de la isla, del director y productor inglés, James Griffiths

E

s una lástima que cuando se publique este artículo, la estupenda película La balada de la isla no estará más en cartelera, tras el semanazo de rigor. Derivada del cortometraje The One and Only Herb McGwyer Plays Wallis Island (2007), el mismo director James Griffiths se ha encargado de ampliarla a largometraje con resultados encantadores.

La acción se sitúa en la ficticia isla británica de Wallis, donde un personaje excéntrico llamado Charles (Tim Key), ha organizado un concierto del dueto de folk rock McGwyer Mortimer, sus músicos predilectos. El primero, Herb (Tom Basden), llega a la isla esperando las condiciones acostumbradas y se indigna al saber que el lugar ni siquiera tiene un muelle, no hay una limusina esperándolo y él mismo deberá cargar su equipaje, tras un baño de helada agua de mar.

Charles será su único anfitrión y lo alojará en su dilapidada mansión. El hombre es bienintencionado, pero a primera impresión parece un tonto insufrible, que no pierde la oportunidad de hacer lamentables juegos de palabras. Resulta que también será el único espectador del concierto: el hombre se ha ganado dos veces la lotería y puede darse ese lujo. Herb se ha interesado porque la paga consiste en medio millón de libras esterlinas, en efectivo.

Lo que también ignora el músico es que para el concierto Charles ha citado también a su ex pareja en sentido profesional y personal. Así, también llega a la isla Nell Mortimer (la siempre bienvenida Carey Mulligan), quien no ha arribado sola sino en compañía de su esposo, un afroestadunidense sangrón llamado Michael (Akemnji Ndifornyen), interesado en estudiar la fauna aviar.

Con esos elementos, diestramente conjugados por el guion de los mismos Basden y Key, un dúo cómico popular en Reino Unido, Griffiths elabora una agridulce comedia en la mejor línea del cine británico tradicional. El énfasis está puesto en el personaje de Herb McGwyer, cuyo primer instinto es huir de la situación, sin importar la fortuna en cuestión. Sin embargo, el hombre acepta dar el concierto porque: 1) Hace mucho no tiene éxito en su carrera de solista y necesita dinero para su siguiente proyecto y 2) La oportunidad de rencontrarse con Nell lo lleva a fantasear en una posible reconciliación, no sólo musical.

No divulgaré más del divertido y a veces tierno desarrollo de la trama. Baste decir que Herb acabará por tener una sentida relación amistosa con Charles, quien revela ser un hombre generoso en más de un sentido y profundamente solitario, a raíz de la muerte de su esposa, quien era la fan número uno de McGwyer Mortimer.

La balada de la isla habla con emotividad de oportunidades perdidas,de decisiones quizá erróneas, de la magia reconciliadora de la música ylo hace sin un gramo de sentimentalismo. Las secuencias en que el dueto ensaya su repertorio nos remiten a un folk rock de dulces armonías y temas amorosos. Justo lo que la película necesita para rematar su fuerza emocional.

Estrenada sin publicidad y sin antecedentes que pudieran atraer al público (de por sí desconfiado en todo lo que no lleve el sello de Marvel), La balada de la isla desapareció volando por debajo del radar. Esperemos que la Cineteca se ocupe de restrenarla para darle su justa difusión.

La balada de la isla

( The Ballad of Wallis Island)

D: James Griffiths / G: Tom Basden, Tim Key / F. en C: Magni Ágústsson / M: Adem Ilhan; canciones de Tom Basden / Ed: Quin Williams / Con: Tim Key, Tom Basden, Carey Mulligan, Sian Clifford, Akemnji Ndifornyen / P: Baby Cow Films, Moxie Pictures, BBC Studios. Reino Unido, 2024.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *