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La Jornada: Alumnos del Tío Sam: Tratado de Libre Contrainsurgencia


E

l libro de Darrin Wood, Alumnos del Tío Sam: Tratado de Libre Contrainsurgencia. Campus México de la Escuela de Asesinos (https://vocesenlucha.com/libro-alumnos-del-tio-sam-darrin-wood) constituye un óptimo instrumento analítico-informativo para investigar una realidad considerada tabú por buena parte de la academia, los grandes medios de comunicación y el entorno político del México contemporáneo y cuarto transformista: las fuerzas armadas mexicanas y su relación con sus contrapartes estadunidenses, y, en particular, un tema por demás controvertido que se refiere al entrenamiento de su personal militar en la Escuela de las Américas (SOA).

El 26 de septiembre de 2001, en mi calidad de diputado federal, presenté un Dictamen en las Comisiones Unidas de Gobernación-Seguridad Pública y Defensa Nacional del Congreso de la Unión, solicitando que se investigaran las acciones denunciadas en el documento La pendiente resbalosa. La Intervención militar estadounidense en el conflicto en Chiapas, escrito por Brian Wilson, veterano de la guerra de Vietnam, en que se denunciaba la intervención directa de cuerpos de las fuerzas armadas de su país en ese conflicto. Esta propuesta fue desechada por improcedente, entre otros argumentos, debido a que: En la historia de las relaciones bilaterales México-Estados Unidos de América, nuestro país nunca ha aceptado la presencia de ninguna misión militar estadunidense en nuestro territorio.

No obstante, mi intervención provocó una inusitada invitación a una reunión de diputados y senadores con el entonces secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, en sus instalaciones del Campo Militar número 1, en la que, con diversos argumentos, el general secretario negó enfáticamente que el personal castrense mexicano fuera entrenado por militares estadunidenses.

La obra de Wood es una refutación fundada y documentada a estas afirmaciones del general Cervantes. Wood comprueba que, desde marzo de 1998, el entonces secretario de la Defensa de Estados Unidos confirmaba la presencia de un instructor militar de ese país en territorio mexicano, y ofrecía datos específicos de las razones por las que este centro de adiestramiento de Estados Unidos (SOA) había sido conocido, sin retórica alguna, como Escuela de Asesinos. Fundada en 1946, en Panamá, e instalada en Fort Benning, Georgia, en 1984, como resultado de la firma de los Tratados Torrijos-Carter, este centro de adiestramiento tiene un tenebroso historial de preparación castrense de criminales confesos, como los asesinos del obispo Óscar Arnulfo Romero, entre otros golpistas de Estado, y con participación de sus graduados en campañas contrainsurgentes en toda América Latina, entre ellas, la que se inicia el 1º de enero de 1994, con motivo de la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Las revelaciones de Wood acerca de los cursos de esta singular escuela: contrainsurgencia, contrainteligencia, inteligencia militar, guerra irregular, operaciones de selva, desde los años 60 del siglo pasado, hasta 2000, y el número de egresados mexicanos, son muy importantes para comprender a cabalidad, las características del conflicto en Chiapas a partir de la rebelión de 1994, y para un balance de este enfrentamiento político militar después de 31 años de iniciado.

También, el texto ayuda a comprender el actual proceso de militarización-militarismo (pueblo uniformado), y la recolonización territorial que conforma la acumulación militarizada-delincuencial, que lleva inherente infinitas formas de violencia contra los pueblos y la sociedad, que agrede directa y de manera particular a las mujeres, con la práctica al alza de los feminicidios. Pero, también, contra franjas de la población expuestas por la economía criminal, como los niños, los adolescentes, migrantes y trabajadores del campo y de la ciudad.

Una temática de especial importancia que Wood expone es el fenómeno del paramilitarismo, y su utilización en las estrategias contrainsurgentes del imperialismo estadunidense. Se presentan casos, como el del general Mario Arturo Acosta Chaparro, quien recibió adiestramiento militar en Estados Unidos, y se involucra en la llamada guerra sucia, entre otros oficiales de alto rango que estudiaron en ese país.

Por cierto, el 23 de abril, dos días después del 110 aniversario de la invasión estadunidense a Veracruz, el pleno del Senado aprobó el dictamen por el que se autoriza al Ejecutivo federal el ingreso de personal militar del Ejército de Estados Unidos al territorio nacional, a efecto de que participe en la actividad de adiestramiento denominada Entrenamiento de Ejercicios Combinados Conjuntos. Pena ajena.

Invitamos a la lectura de esta importante obra de Darrin Wood, que, sin duda, coadyuva al fortalecimiento del pensamiento crítico al que convocan reiteradamente los mayas zapatistas.



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