El inicio de la gran carrera de Celia Cruz no fue en Estados Unidos
: Rosa Marquetti
Merry Macmasters
Periódico La Jornada
Lunes 28 de abril de 2025, p. 6
La cantante cubana Celia Cruz (1925-2003) ya era famosa cuando emigró a Estados Unidos en 1962, país donde había trabajado en múltiples ocasiones. Es cierto que allá pudo relanzar su carrera; sin embargo, en Cuba no sólo se había formado, sino se dio a conocer internacionalmente gracias a giras realizadas a diferentes países latinoamericanos. Incluso se le consideró una de las cantantes mejor pagadas de la isla.
El desconocimiento, por no decir ignorancia, de la etapa de la reina rumba
en su país natal, en la que suelen relacionarla sólo con la Sonora Matancera, fue algo que motivó a la filóloga e investigadora cubana Rosa Marquetti Torres a escribir el libro Celia en Cuba (1925-1962), editado en 2022 como proyecto personal por Desmemoriados, y ahora publicado por la editorial Planeta. También le motivó la molestia que le causaba leer comentarios del tipo de quien la hizo
fue Johnny Pacheco, de la disquera neoyorquina Fania.
Acota: “No subestimo el papel de Fania, pero Celia fue importante para la disquera porque no tenía una figura como ella. Tenía chicos muy lindos, preciosos todos, con una gama de colores, aunque sin experiencia, sin ese fogueo, esa disciplina, ese profesionalismo que Jerry Masucci –cofundador con Pacheco de la marca– vio en ella”.
Marquetti Torres inició su investigación en La Habana, su ciudad de origen: “Al escribir Celia en Cuba tenía dos obsesiones. Quería demostrar el papel que tendría que ocupar en la cultura cubana. Me tomé como una ofensa personal todo lo que le han hecho: la censura, la minimización de su propia carrera, el hecho de que tres generaciones de cubanos –vamos para cuatro– no hayan podido tenerla en los medios, la televisión y la radio. Ahora en Internet hay información disponible, pero antes no era así”.
Por otro lado, la autora del blog Desmemoriados, dedicado a los músicos populares cubanos, necesitaba que todo lo que dijera estuviera probado
. Por eso la primera edición del libro venía con notas a pie de página, anexos relativos a sus grabaciones y los grupos con los que trabajó, entre otros datos pensados para los investigadores
. Se trata del mismo escrito, aunque hay notas de importancia que incorporé al texto
.
Durante la investigación realizada para este libro resultaron infructuosas las ingentes búsquedas para hallar los documentos oficiales que instauraron la prohibición de difundir las grabaciones de Celia Cruz y tan sólo mencionar su nombre en los medios de comunicación de Cuba
. De nota a pie de página se incorporó al texto del epílogo.
Celia en Cuba derrumba mitos. Uno de éstos tiene que ver con la salida de la cantante de su país, el 15 de julio de 1960, para cumplir un contrato en México junto con la Sonora Matancera. El único que no sabía que no regresarían a Cuba era Rogelio Martínez, director del afamado conjunto. No obstante, el mito más grande que pretendo derribar es el de establecer el inicio de la gran carrera profesional de Celia en Estados Unidos, cuando esa nación lo que hace es acrisolar, potenciar y exponerla. También hay una serie de avances tecnológicos que lo permiten. Pocos artistas como Celia pueden recorrer todos los formatos sonoros del siglo XX, desde el disco de 78 revoluciones por minuto hasta la música digital
.
Disciplina, seriedad y rigor
Marquetti Torres reitera: Se debe tomar en cuenta la parte de la carrera de Celia en Cuba porque lo que logra al llegar a Estados Unidos no sólo es por la maquinaria de la publicidad ni el dinero de Fania, sino porque era una cantante hecha, formada y encumbrada
. Al mismo tiempo, era una mujer inteligente con condiciones personales únicas de disciplina, seriedad y rigor. No tuvo mánager en Cuba, todo ese recorrido lo hizo ella solita. Estoy obligada a exaltar esos valores
.

▲ Celia en Cuba, libro de Rosa Marquetti Torres, derrumba una serie de mitos, entre éstos que la artista salió de su país en 1960 porque tenía que cumplir un contrato en México junto con la Sonora Matancera.Foto © Archivo Celia Cruz/Celia Cruz Estate
Antes de escribir Celia en Cuba la autora llevaba tiempo leyendo todo lo que salía sobre la cantante, además de tomar apuntes. Fue su sobrina Claudia Marquetti, así como el escritor Miguel Barnet, quienes le insistieron en emprender el trabajo titánico
de realizar el libro. En la medida que le gusta diseñar cómo investigar un tema, se dio cuenta de que no quería que el protagonismo lo tuvieran los testimonios
, porque a veces la memoria falla.
–¿Quién fue la Celia Cruz que descubrió?
–Una Celia realmente inusitada para mí. Sabía que había sido famosa en Cuba, de su triunfo con la Sonora Matancera, y en el centro nocturno Tropicana. Sin embargo, la investigación arrojó la magnitud de los hechos de los que era protagonista, así como el crecimiento de su figura, de ella en su carrera y una serie de acontecimientos en los que tuvo roles destacados.
Marquetti Torres se enteró, por ejemplo, de que en 1947 Celia Cruz hizo sus dos primeras grabaciones, dos cantos litúrgicos yoruba con toques de tambores batá y coro de yoruba, que resultaron ser las primeras grabaciones comerciales mundiales de cantos y toques litúrgicos de la religión yoruba, las cuales probablemente se solaparon, coincidieron o tuvieron pocos meses de diferencia con las que se hicieron en Nueva York para los sellos SMC y Coda que unieron a músicos cubanos y puertorriqueños. Nunca se jerarquizó ese hecho en la musicografía cubana por la participación de Celia Cruz en esas grabaciones
.
La investigadora también descubrió la importancia del cabaret como plataforma de expresión en el desarrollo de la artista: “En 1952, en San Souci, Celia fue una de las dos protagonistas del espectáculo Sun Sun Babaé, que cambió la manera de enfocar lo afrocubano para el cabaret. Llegué a la conclusión de que ésta fue una escuela real para ella. Por eso pudo manejarse en escenarios importantísimos como el Madison Square Garden. También cuando participó en la ópera latina Hommy, en 1973, en el Carnegie Hall. Celia encantó no sólo con su voz, sino con su desempeño escénico.
“Me encontré con una Celia multifacética que no es nadamás la de la Sonora Matancera, sino que estuvo –o tuvo suerte– en el lugar adecuado, en el momento oportuno”, señala Marquetti Torres a La Jornada, a la vez que menciona que fue una de las primeras mujeres negras en llegar a la televisión en Cuba
. También incursionó en los teatros vernáculo y lírico, además de hacer una radionovela”. O sea, fue mucho más que una cantante de guaracha
.
La escritora da los últimos toques a la segunda parte a la historia de doña Celia: su vida y trayectoria en EU, libro que piensa publicar en 2025, año del centenario natal de la cantante, por cumplirse el próximo 21 de octubre. Ya que casi todos los biógrafos de Celia Cruz han sido hombres, Marquetti Torres se ha preocupado por encontrar y proyectar su propia mirada
como mujer, cubana y negra
.
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