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La Jornada: Fumata blanca, Papa negro


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uando vi la cara del papa León XIV en el balcón del Vaticano, me vino a la mente una sospecha, que era moreno, pero al saber que era de Chicago, no podía ser otra cosa que negro.

Efectivamente, el New York Times, afirma que el papa León es descendiente de Creole, técnicamente “ people of color”. Sus abuelos son descritos en varios documentos oficiales como megros o de raza mixta. En nuestros términos, el Papa sería mulato, moreno o mestizo; en los términos del país vecino, negro.

Más aún, el abuelo se llamaba Joseph Martínez y la abuela Louise Baquié, de apellido de origen francés de Nueva Orleans y la madre del Papa se llama Mildred Martínez. Al parecer también hay orígenes dominicanos o haitianos.

La regla de oro de la clasificación racial, en Estados Unidos, es, y sigue siendo, la de una de gota de sangre negra, es negro. No importa que tenga 50 por ciento de blanco, como el ex presidente Obama. Aunque ahora, en el caso de León XIV, propiamente sería de raza mixta.

Propiamente su nombre completo es: Robert Francis Prevost Martínez, lo que le añade a su ADN, un toque adicional de latinidad, que se suma a las décadas vividas y sufridas en Perú, como sacerdote y luego Obispo de Chiclayo.

Tener, saber y reconocer que León XIV es a un Papa mulato y latino, nos representa culturalmente a toda América continental, la tierra del más profundo y rico mestizaje, que incluye a mil millones de personas, culturalmente cristianas, racialmente mestizas y nacidas en suelo continental americano.

El Papa León XIV confronta como persona, con su propia corporeidad, al supremacismo blanco de Trump y sus secuaces. La narrativa actual se ha centrado en si es progresista o tradicional; de hecho, algunos lo calificaron como el caballo negro que podía ser papable.

Pero en realidad es un papa negro, que no tiene nada de WASP, de blanco, sajón y protestante y tiene todo, de lo que sería la MESCLA: MEStizo, Católico, LAtinoamericano. Su segundo apellido de Martínez, precisamente le da el estatus de origen migrante, de hispano-latino en Estados Unidos.

Steve Banon, uno de los intelectuales orgánicos de la ultraderecha de Estados Unidos y del gobierno de Trump, se lamentó de que el papa León XIV fuera del ala progresista. La Iglesia católica en Estados Unidos tiene una fuerza institucional, social, política y económica muy relevante en ese país. Los protestantes o cristianos están totalmente fragmentados en múltiples denominaciones y no forman un bloque tan compacto como la Iglesia católica, de ahí su fuerza y poder.

No obstante, los obispos católicos de Estados Unidos no tienen una posición homogénea con respecto a varios problemas sociales, donde la posición de la Iglesia es relevante, entre ellos la migración y las políticas represivas de Trump. Al respecto, el papa Francisco fue muy claro y enfático, en una carta dirigida a los obispos, en la que los instaba a definirse en contra de las políticas represivas de Trump, que tienen un tinte claramente racista, discriminativo y de falta de respeto a los derechos humanos.

La raza y el racismo juegan un papel muy relevante en Estados Unidos y la narrativa actual anti woke ha emprendido una lucha cultural en contra de la diversidad racial, cultural, lingüística y genérica. En ese sentido, que el papa León XIV hablara en español y no en inglés en su primera alocución, aporta un sentido muy claro de pertenencia, de identidad y podría intuirse cuál sería su opinión sobre el “ English Only” y otras posiciones supremacistas blancas que hoy están en boga.

Que en Estados Unidos se reconozca la negritud del Papa tiene un significado, un simbolismo y un impacto político muy fuerte; que no se reconozca también, indicaría que la concepción de raza y negritud está cambiando y dando paso a un profundo mestizaje.

Como quiera, los peruanos están fascinados con León XIV, los consideran un peruano, un moreno, un cholo, que se naturalizó y vivió muchos años en el Perú y se integró de una manera muy intensa con el país, la feligresía de su diócesis y sus pares de obispos peruanos. Lo sienten como uno de los suyos y no tiene pinta de gringo. Las cávalas y los memes ya empezaron a propalarse. Dicen que le gusta la Inka Kola, el seco de cabrito, el arroz con pato y el ceviche al estilo chiclayano.

Dicen también que es fanático del Alianza Lima, el club de los pobres, de los grones, de los negros del barrio La Victoria y también ahora dicen que cuando Ratizinger era papa, ganó la copa de futbol Alemania, luego con Francisco la ganó Argentina, ahora será Estados Unidos, que juega de local, pero los peruanos afirman que, si clasifican, lo que sería un milagro de don Roberto (están en penúltimo lugar), contarán con bendición papal para ganar.

La comida y el folclore peruano llegaron al Vaticano.



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