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La Jornada: No me preocupa saber nuestro papel en la historia: Mark Arm de Mudhoney


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▲ En 1988, Mudhoney cantaba no viviré mucho y estoy lleno de putrefacción / quiero darte todo lo que tengo. El grupo ha sobrevivido al paso de las décadas sin convertirse en estrellas de rock ni desaparecer por completo.Foto cortesía de Emily Reiman

Hernán Muleiro

Especial para La Jornada

Periódico La Jornada
Domingo 30 de marzo de 2025, p. 6

Steve Turner y Mark Arm, guitarrista y cantante del grupo Mudhoney, precursores del grunge, se prestan a una entrevista con La Jornada en el marco de lo que su única presentación en México, hoy en el Foro Indie Rocks! de la Ciudad de México.

Mudhoney sacó su primer Ep en 1988, Touch Me I’m Sick, cuando la música de rock estaba desaparecida del panorama público. La canción tenía ritmo y Mark Arm cantaba no viviré mucho y estoy lleno de putrefacción / quiero darte todo lo que tengo.

Cuando los de Seattle llegaron a su primer disco de larga duración, homenajearon desde el título a los pedales del guitarrista Steve Turner: Superfuzz Big Muff (1989), editado por el sello Sub-Pop. El resultado final hacía parecer fácil empezar una banda y lograr un resultado parecido, aunque, si nos basamos en quienes trataron de imitarlos, es mucho más complicado de lo que aparenta.

Mudhoney también aportó una continuidad a la idea de que un grupo puede sobrevivir al paso de las décadas sin convertirse en estrellas de rock y no desaparecer por completo, algo que hoy suena muy razonable, pero existió una época en la que parecía que los grupos sólo contaban con dos opciones posibles para su futuro: hacerla en grande o esfumarse en un anonimato casi total. Ocupan un lugar peculiar en la línea del tiempo del rock: aparecen después de que se estableciera un circuito de bandas girando de forma independiente por Estados Unidos y unos años antes de que esa corriente subterránea llenara estadios.

Música, fotos e historietas

Hablar sobre Mudhoney en los 90 es también considerar un contexto no sólo musical; por ejemplo, las historietas de Peter Bagge, como Hate, cuyo personaje principal Budd Bradley decía: Amo odiar y odio a todo lo demás. Tampoco existiría el grunge como lo conocemos sin las fotos de Charles Peterson, cuyo estilo de fotografía definió la época, blanco y negro, en el medio de la acción en los conciertos y con rollos vencidos para acentuar un efecto de movimiento, muy característico de su trabajo.

Mark: No paso mucho tiempo pensando sobre dónde encajamos en los libros de historia, todo eso está fuera de nuestras manos. Se lo dejo con gusto a las personas que puedan llegar a tener ideas sobre el tema.

Steve: “Probablemente paso más tiempo pensando en ese tipo de cosas. Si hablamos de nuestra historia, estamos conectados al grunge de Seattle, y eso atrae a los nerds y jóvenes que descubren Nirvana y quieren escarbar más. Hace 30 años nos describí como una nota al pie en una historia más grande y se sostiene hoy en día”.

Mirar hacia atrás no es una costumbre en Mudhoney, excepto cuando escriben una biografía sobre la historia del grupo.

Steve: “Buscar entre mis recuerdos para escribir el libro Mud Ride fue una experiencia interesante, pero no creo que seamos demasiado nostálgicos. Leyendo viejas entrevistas me di cuenta de que éramos descarados y medio arrogantes, supongo que la mayoría de las bandas son así, hemos madurado un poco”.

Vieron cambiar la ciudad en la que vivían, desde un lugar que no era el más habitual para las giras de grupos hasta convertirse en el epicentro de un movimiento musical con el apoyo de medios nacionales y empresas superpoderosas.

Mark Arm: “Cuando empezamos a tocar en vivo la mayoría de los conciertos los armaban las mismas bandas. La industria musical se convirtió en algo mucho más ‘profesional’ con el paso del tiempo”.

Steve: Cuando empezamos, los únicos clubes en Seattle que nos dejaban tocar sólo tenían recitales de punk subterráneo los lunes o los miércoles. Lentamente empezó a crecer la cantidad de público: ¡lo suficiente para armar un concierto un fin de semana!

Mark: Modern Productions fue un grupo de gente que organizaba recitales en los que presentaban a grupos de fuera de la ciudad, como Devo, Dead Kennedys, Gang of Four, etcétera. A finales de los 70 y principios de los 80 Jonathan Poneman y Susan Silver empezaron a organizar conciertos; Jonathan se convirtió en el cofundador del sello Sub Pop y Susan la mánager de Soundgarden y Alice In Chains.

Steve: “Para la mitad de los 80 y principios de los 90 tuvimos gente como Laurie Lefavor y Juliane Anderson organizando conciertos cool en Seattle”.

Neil, el joven

Además de usar camisa leñadora antes que la generación grunge, Neil Young fue uno de los roqueros clásicos que los de Seattle mantuvieron como estandarte, en parte porque el canadiense no sobrecargaba sus composiciones, que podían ser simples y contundentes en partes iguales.

Mark: “Empecé a entender qué tan genial era Neil Young a través de mi amigo Dave Middleton, que cantó en Limp Richards, sucedió después de escuchar el segundo disco de Meat Puppets, antes de eso no sabía mucho sobre Neil y sólo pensaba que era ese viejo jipi folk que cantaba Heart of Gold. Sus solos de guitarra de una nota tienen mucho sentimiento y dicen muchísimo más que cualquier solo veloz que acumula toneladas de notas. Hay una referencia a Neil Young en el disco de Green River”.

Green River fue la banda que Steve Turner y Mark Arm compartieron con los futuros integrantes de Pearl Jam.

Steve: Definitivamente hay algo de influencia de Neil Young en algunas de nuestras canciones.

Vestuario

Hay una consistencia en Mudhoney, se visten igual abajo y arriba del escenario desde hace cuatro décadas, por lo que les pregunto si alguna vez quieren usar un disfraz, como Kiss o Gwar.

Mark: “Los disfraces sólo serían otra cosa más en qué pensar, cargar, y olerían mal después de un par de conciertos.

Steve: Lo que visto en el escenario es lo mismo desde 1983 y es también lo que uso en la calle.

En vivo

¿Qué hace que una banda de rock sea buena? ¿Su capacidad de mezclar sus influencias hasta dar con un resultado fresco? ¿Captar un ánimo colectivo y redireccionarlo en una canción? ¿Es un proceso de negación de todo aquello que resulte pretencioso o predigerido? O ¿una capacidad de representar algo contrario a la hegemonía? Sea cuál sea la respuesta, siempre es bueno ver a Mudhoney en vivo y olvidarse de esas preguntas.



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