Superman es un símbolo de esperanza, de que todo va a salir bien. Y más le vale a Warner que sea así, porque la nueva película de James Gunn no solo tiene que revitalizar al personaje tras la amarga despedida de Henrry Cavill con el personaje, también para el cine de superhéroes y, según los informes, para Warner Bros., que sigue acumulando una impresionante deuda y que ha apostado muy fuerte en la producción de esta película. El estudio necesita con urgencia que la nueva película del icónico superhéroe no solo funcione bien, sino que se convierta en un taquillazo multimillonario. La nueva película, titulada simplemente Superman, no es solo el arranque oficial del renovado universo DC. Es, en muchos sentidos, una apuesta a todo o nada. Gunn lo sabe. Warner lo sabe. Y ahora, gracias a una serie de filtraciones y reportajes, el público también lo sabe.
Un presupuesto bajo sospecha y una deuda imposible de ignorar
La polémica en torno al presupuesto de Superman ha generado mucho ruido en las últimas semanas, especialmente después de la publicación de un artículo clave de Umberto Gonzalez en The Wrap. En él se detalla cómo Warner Bros. Discovery tiene un interés especialmente fuerte en que esta película funcione: su deuda supera los 50.000 millones de dólares, una cifra que no permite tropiezos, especialmente cuando hablamos de grandes producciones destinadas a ser punta de lanza de una nueva franquicia cinematográfica.
Superman habría solicitado un crédito de casi 37 millones de dólares, cifra que solo se justifica si el presupuesto fuera de 363 millones
Gonzalez explicaba que la idea original era que Superman fuese una película “modesta” en presupuesto para los estándares de Hollywood, con un coste de producción rondando los 100 millones de dólares. Pero esa intención se ha ido desdibujando con el paso de los meses. La producción creció, se expandió el reparto, se añadieron localizaciones, efectos visuales más ambiciosos… y ahora hay serias dudas sobre cuánto ha costado realmente hacer esta película.
Y aquí es donde entra el artículo de World of Reel, que ha destapado una posible verdad incómoda: según un documento oficial de la Oficina del Crédito Fiscal Cinematográfico del Estado de Ohio, Superman habría solicitado un crédito de casi 37 millones de dólares, cifra que solo se justifica si el presupuesto total asciende a la friolera de 363.845.386 dólares.
Nicholas Hoult, y David Corenswet James Gunn durante el rodaje de Superman
James Gunn niega, pero las cifras oficiales apuntan en otra dirección
Como era de esperar, James Gunn ha salido al paso de estas informaciones. El director, y además máximo responsable de DC Studios, respondió en redes sociales negando rotundamente esas cifras. Gunn afirma desconocer el origen de esas cifras, mientras The Hollywood Reporter afirma el coste real estaría superaría los 225 millones de dólares. Gunn parece haber querido zanjar el tema asegurando que cualquier cifra superior es, en sus palabras, “un invento” o el resultado de un “formulario mal rellenado” por algún asistente local. Pero lo cierto es que cuesta creer que un proyecto tan ambicioso pueda ajustarse a un presupuesto tan modesto.
No sería la primera vez que Warner Bros. oculta o maquilla el presupuesto real de una de sus superproducciones
Tal como afirman estos medios especializados, cuesta creer que una cifra presentada en un documento fiscal oficial, y firmada bajo riesgo de perjurio, sea fruto del error. Como recuerdan desde World of Reel, esta no sería la primera vez que Warner Bros. oculta o maquilla el presupuesto real de una de sus superproducciones. Ya ocurrió con The Flash, promocionada como una película de 200 millones pero que acabó costando cerca de 300 millones tras una serie de reshoots y ajustes de última hora. La historia parece repetirse.
Un recorte en metraje y un rodaje complicado
A esta tormenta presupuestaria se suma otra sospecha: los rumores sobre recortes forzados en el montaje final. Tal y como publicaba ComicBookMovie, en los primeros test screenings, Superman tenía una duración cercana a las 2 horas y 20 minutos, con un tono más humorístico. Sin embargo, la versión final será de 2 horas y 9 minutos, incluyendo créditos, lo que ha hecho sospechar que Warner Bros. pidió reducir la película tras reacciones negativas del público.
El recorte del metraje ha hecho sospechar que Warner Bros. pidió reducir la película tras reacciones negativas del público
Gunn ha querido zanjar esta especulación afirmando que ““no hay verdad en eso”, según informa Deadline, y que como película del nuevo DC Studios, ningún ejecutivo de Warner podría imponerle recortes. Pero también es cierto que durante la postproducción se han producido cambios notables, como movimientos en el equipo de edición o la entrada de nuevos compositores, lo que podría indicar un proceso de ajuste de cara al estreno mucho más agitado de lo que se quiere admitir.
Mucho más que una película: una esperanza para el género
Pero más allá de cifras y rumores, hay una razón mucho más poderosa por la que Superman necesita triunfar: porque todo el género de superhéroes necesita volver a conectar con el público. Marvel lleva años liderando este terreno, pero sus últimas películas (The Marvels, Quantumania, Eternals) no han logrado la respuesta que se esperaba. En DC, la situación ha sido aún más delicada, con fracasos sonoros como Black Adam, Shazam 2 o The Flash.
Realmente parece que el modelo está agotado. La fórmula de acción grandilocuente, cameos y universos compartidos ya no garantiza la atención del público. Y aquí es donde James Gunn quiere marcar la diferencia. Según sus propias palabras, su Superman es una historia sobre “un buen hombre en un mundo que no siempre lo es”. Una narrativa más centrada en la humanidad del personaje, en sus valores, en la luz que proyecta incluso en tiempos oscuros. A pesar de ello no ha dudado en sembrar el metraje con las apariciones de un buen número de personajes invitados como Mr. Terrific, Guy Gardner o Hawkgirl, que se unen a un reparto encabezado por David Corenswet como el nuevo Kal-El / Clark Kent, acompañado por Rachel Brosnahan como Lois Lane y Nicholas Hoult como Lex Luthor.
El futuro de Warner y el cine de superhéroes, en juego
Todo un multiverso cinematográfico de pijamas de colores, capas y máscaras está en juego. Warner necesita que Superman funcione porque su futuro como estudio está en la cuerda floja. DC necesita que funcione porque de su éxito depende la viabilidad de su nuevo universo cinematográfico. Y el cine de superhéroes, en general, necesita que funcione porque no puede permitirse seguir perdiendo la confianza del público.
No es solo otra película de superhéroes, es la oportunidad de resucitar un género
Gunn lo sabe. Por eso cada paso que da genera titulares. Por eso cada dato filtrado genera debates. Y por eso la atención sobre Superman es tan intensa: no es solo otra película de superhéroes, es la oportunidad de resucitar un género y, con él, devolver la esperanza a millones de espectadores. Queda poco para el estreno. Y cuando llegue ese momento, no será solo un evento cinematográfico. Será una prueba. ¿Puede Superman volver a volar tan alto como antes? ¿Puede Gunn conseguir que el público vuelva a emocionarse? ¿Puede Warner recuperar la confianza perdida?
Todo esto está por ver. Pero si algo nos ha enseñado Superman a lo largo de sus más de 80 años de historia es que, incluso cuando todo parece perdido, aún se puede encontrar esperanza. Ahora solo queda esperar que los espectadores se dejen convencer de ello. Y que, esta vez, el símbolo de la esperanza no sea solo una letra en el pecho de un alienígena sonriente, sino el salvavidas de toda una industria. Y si no puedes confir en Superman, ¿entonces en quién? Superman se estrenará el 11 de julio de 2025. Y cuando lo haga, todos los ojos estarán puestos en él. Porque Superman no solo debe convencernos de que un hombre puede volar, también que puede ser rentable económicamente.
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