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Lázaro Cárdenas y la izquierda estadunidense


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odavía es muy común entre las múltiples formas de mirar la historia, el colocar la atención en la influencia de corrientes políticas provenientes de los centros históricos del capitalismo hacia el resto del mundo. Es preciso comenzar a pluralizar la concepción de estos procesos, al menos para colocarlos como lo que en verdad fueron: intercambios de ida y vuelta. Algo se ha avanzado con la presencia de la revolución china o cubana en las izquierdas europeas y estadunidenses, pero el eurocentrismo (y también el americanismo) sigue ordenando la mayor parte de los mapas conceptuales.

Para el caso de México falta trazar este trayecto en episodios como, por ejemplo, el vínculo entre el Partido Comunista Mexicano y el de Estados Unidos, especialmente durante el cardenismo, proceso coincidente con el New Deal del país vecino. Es preciso recordar que Hernán Laborde estuvo en el congreso de la organización hermana en 1937, sesión que también presenció Alfonso Reyes como enviado del general Lázaro Cárdenas. Además, El Machete –la prensa comunista del momento– tuvo durante algunos meses páginas en inglés y ante la perspectiva de la guerra en Europa, el propio Laborde propuso que los comunistas impulsaran un tratado de libre comercio entre ambas naciones.

Otro caso poco conocido del vínculo entre ambas corrientes políticas es la que se estableció entre el general Cárdenas y el grupo de marxistas asociados a la Monthly Review ( MR), una revista nacida en los albores del macartismo, en 1948. La MR fue la publicación más receptiva a los movimientos de liberación nacional durante la guerra fría, siguió por igual las revoluciones triunfantes en China y Cuba, que los movimientos guerrilleros en Guatemala, Perú o África.

La presencia de Cárdenas en las páginas de la MR se remonta a la entrevista que le hiciera Harvey O’Connor en junio de 1961. O’Connor era un experto en cuestiones petroleras, perseguido por el macartismo, se le reconocía su posición socialista y desde mediados de la década de 1950 Narciso Bassols había promovido la traducción de sus obras, en el marco de las contrarreformas que atentaban contra el proceso de la nacionalización. En la misma edición de MR, se incluyó una misiva que el general mexicano dirigió a Naciones Unidas en apoyo a la revolución cubana. En los siguientes años la revista contaría con pocas plumas mexicanas, pero algunas de ellas fueron las de Carlos Fuentes y Alonso Aguilar Monteverde. Un artículo firmado por Leo Huberman y Paul Sweezy daría cuenta de la fundación del Movimiento de Liberación Nacional y de la Central Campesina Independiente como hechos importantes en la vida política mexicana.

Pero fue en 1962 cuando el economista marxista y editor de la revista, Paul Sweezy, viajó a México y se encontró con Cárdenas. Sweezy pidió a Aguilar Monteverde que le presentara al general. La charla, relató Monteverde, tuvo un momento importante cuando el economista preguntó al ex presidente ¿cuál es el problema fundamental de México? Ante lo cual, el originario de Jiquilpan respondió, en tono lacónico, pero firme: los Estados Unidos.

De ese encuentro Sweezy redactará un muy bello y sentido opúsculo titulado Un gran americano, que apareció primero en la revista Política, que dirigía Manuel Marcué Pardiñas, y posteriormente en inglés en la MR. En ella señala que Cárdenas es una figura que trasciende a México, pues su influencia se sentía en todo el continente. Lo describe fuerte e independiente a pesar de su avanzada edad, relatando a continuación su labor en la Cuenca del Balsas y su papel inspirador del Movimiento de Liberación Nacional. Sweezy se declara ahí admirador del general y contó cómo había intentado en tres ocasiones poder saludarlo. Aunque conocía de su papel en la historia, escribió: me hallaba muy lejos de apreciar su verdadera estatura, pues es un líder político que no mira al pasado, sino al futuro. El artículo reseñaba la posición de Cárdenas frente a Cuba y las tensiones con Estados Unidos por ello, así como la visión crítica que el ex presidente tenía de Alianza para el Progreso. El elogioso texto de Sweezy expresa la presencia política de Cárdenas y la inspiración para la izquierda estadunidense de su posición ante una coyuntura crítica.

Así, la trama que involucró a la izquierda del país vecino con la corriente cardenista está mediada por las veredas de un antimperialismo consecuente e inteligente, que distinguía lo estructural de lo coyuntural y no se levanta sobre aspavientos declarativos. Lo más importante es que reclama una posición política que es necesaria en ambos lados de la frontera. Como lo expresó este encuentro, la política antimperialista y de liberación nacional, para ser efectiva, debe alentar alianzas allende las fronteras, bajo el imperio de la solidaridad.

* Investigador de la UAM



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