
En pleno corazón de la colonia Guerrero, en el Mercado Martínez de la Torre, existe un local que vende aguas frescas, pan de elote y gelatinas artesanales.
Pero lo que lo hace único no es solo su sabor, sino la historia que hay detrás del mostrador. El lugar se llama El Rincón del Inútil, y su dueño es Francisco Torres, mejor conocido como Paquito, quien fue representante de Paquita la del Barrio durante más de 25 años.
Con 44 años y una sonrisa genuina que no se apaga, Paquito atiende personalmente a sus clientes, muchos de los cuales han crecido comprando sus productos.
Desde hace una década decidió abrir este negocio en el mercado, sin dejar de lado su trabajo en el medio artístico.

La periodista Matilde Obregón lo visitó recientemente y conversó con él para su canal de YouTube, donde captó una faceta distinta del mundo del espectáculo: una que habla de raíz, trabajo y gratitud.
“De pronto llevo una entrega de premios a Miami entrando por la alfombra roja, y al otro día yo estaba acá vendiendo gelatinas, ¿no?”, relató Paquito entre risas.
El local está decorado con fotos de grandes figuras de la música como Vicente Fernández, Juan Gabriel, Armando Manzanero y, por supuesto, Paquita la del Barrio, con quien compartió escenarios, giras internacionales y momentos inolvidables.
“Este negocio tiene 10 años ahora. Yo empecé aquí en este mercado desde muy chiquito… En algún momento yo decía que quería poner un negocio y conjuntar las fotos de los recuerdos.”

Entre los productos estrella se encuentra el pan de elote, hecho con una receta familiar. “Fue una idea de mi mamá cuando abrimos el negocio. Es una receta de mi abuelita. Hoy por hoy es un hit aquí”, cuenta orgulloso. También presume sus aguas frescas, en especial la de horchata, de la que clientes de Mérida aseguran que “está más rica que la de allá”.
Pero lo que más llama la atención es su esmero. Paquito no delega la producción: él hace las aguas, supervisa la cocina y atiende a los clientes. “Para mí no hay distinción. Yo aquí a trabajar. Cuando llego me pongo a limpiar, a barrer y a tallar”, dice sin rodeos.
En cuanto a las gelatinas, Paquito muestra una vitrina colorida y bien surtida.
“Aquí un éxito también son las gelatinas, Mati”, le cuenta a Matilde Obregón mientras la lleva a recorrer el mostrador.

Durante la charla, los ojos de Paquito brillan al recordar a Paquita la del Barrio, fallecida en febrero de 2025. Su voz se quiebra un poco cuando cuenta que ella solía visitar el local y observarlo trabajar.
“Sí, de hecho ella venía constantemente. Se metía y se sentaba y le gustaba ver cómo despachaba. Pero de pronto lloraba. Y le decía, ‘¿Pero por qué llora?’”
Las fotografías enmarcadas del Rincón del Inútil no son adorno: son testimonio. “Aquí, por ejemplo, existen muchos recuerdos de mucha gente que ya no está. El maestro Manzanero, Juan Gabriel, Diego Verdaguer…”, enumera mientras señala cada imagen. Hay incluso una anécdota divertida con el expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
“Un señor muy amable le pidió una foto a Paquita. Yo le dije: ‘Muchas gracias, señor secretario’. Después vi que era el presidente de Colombia”, cuenta entre risas.

El local de Paquito se encuentra en el Mercado Martínez de la Torre, ubicado en la colonia Guerrero, una de las zonas más tradicionales de la Ciudad de México. Aquí, entre pasillos de antojitos y fruta fresca, el Rincón del Inútil destaca no solo por su comida casera, sino por la historia que lo envuelve.
Durante la pandemia, cuando muchos representantes del espectáculo tuvieron que vender sus cámaras y dejar su estilo de vida, Paquito se sostuvo gracias a este local.
“Gracias a Dios, a mis empleados nunca les faltó el sueldo. Ahí fue donde dije, ‘Diosito, gracias’. Nunca perdimos el piso”, recuerda.
Para él, este negocio es más que un medio de subsistencia: es una forma de mantener viva su esencia, su familia y su comunidad.

“Yo nunca olvidé mis raíces ni de dónde fui. Nunca me fui de aquí”, afirma con firmeza.
Aunque el mundo del espectáculo fue parte importante de su vida, hoy Paquito prefiere enfocarse en lo que ha construido con sus manos.
Deja una respuesta