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Los físicos logran convertir la luz en un supersólido que fluye como un líquido


Imagen: StockGraphicDesigns – Depositphotos.

Físicos han logrado convertir haces de luz en un material que combina la estructura de un sólido con la capacidad de fluir sin resistencia, como un líquido.

  • Luz convertida en supersólido: mezcla de líquido y sólido.
  • Flujo sin fricción, pero con estructura organizada.
  • Usan fotones y semiconductores para lograrlo.
  • Avance clave en física cuántica.
  • Posibles aplicaciones en computación cuántica y superconductividad.
  • Aún falta estudiar cómo se comporta bajo distintas condiciones.
  • Potencial alto para una tecnología más sostenible.

La luz se convierte en un supersólido que fluye como un líquido

Un grupo de físicos ha logrado transformar haces de luz en un estado supersólido, una forma de materia que combina la estructura de un sólido con la capacidad de fluir como un líquido. Este logro es relevante no solo para la física cuántica, sino también para el desarrollo de tecnologías sostenibles del futuro.

Antecedentes cuánticos

La mayoría de las personas conoce la luz como una onda. Sin embargo, en el campo de la mecánica cuántica se describe también como un conjunto de fotones, partículas elementales de energía. Bajo condiciones extremas —temperaturas cercanas a los -238,0 °C—, los efectos cuánticos se vuelven dominantes, permitiendo observar fenómenos inusuales como la formación de condensados cuánticos y quasipartículas.

Cómo se moldeó la luz

Los investigadores utilizaron un semiconductor con capas especiales para controlar la interacción entre la luz y la materia. Este entorno permitió que los fotones se combinaran con otras partículas para formar un condensado de polaritones, que espontáneamente adquirió una estructura en forma de red sólida.

Lo impresionante es que, a pesar de esa organización estructural, los polaritones mantenían la capacidad de fluir sin fricción interna, es decir, con viscosidad cero.

Supersólido: sólido y líquido al mismo tiempo

Este estado dual coloca a los supersólidos en una categoría especial de materia. Ya se había logrado con gases atómicos ultrafríos, pero hacerlo con luz representa un nuevo paradigma. El material tiene una forma estructurada, pero se comporta como un líquido ideal.

Implicaciones prácticas

La ausencia de viscosidad permite imaginar aplicaciones en sistemas donde la fricción interna debe reducirse al mínimo. Por ejemplo:

  • Sistemas de computación cuántica, que requieren transporte de información sin pérdidas de energía
  • Sensores de precisión para medir campos electromagnéticos o gravitatorios
  • Superconductores fotónicos, para transmitir energía sin disipación térmica

Además, la manipulación de la luz es más accesible que la de átomos ultrafríos, lo que reduce la complejidad técnica y abre el camino para nuevos dispositivos experimentales.

Perspectiva a futuro

Este avance abre nuevas rutas de investigación:

  • Estudiar cómo responde el supersólido de luz a cambios de temperatura o campos externos.
  • Explorar la combinación de diferentes partículas con fotones para crear materiales cuánticos híbridos.
  • Buscar nuevas fases de la materia, más allá de lo ya conocido.

La comunidad científica aún tiene mucho que explorar, pero ya se perfilan posibilidades revolucionarias.

Retos actuales

Mantener las condiciones adecuadas para que el supersólido fotónico sea estable no es sencillo. Requiere un equilibrio delicado entre temperatura, presión y estructura del material semiconductor. Además, se necesita mayor tiempo de observación para estudiar su comportamiento frente a perturbaciones externas.

Aun así, si se superan estos obstáculos, se podrá explorar su elasticidad cuántica, su interacción con otras formas de energía y su viabilidad en aplicaciones del mundo real.

Este descubrimiento no es solo una curiosidad académica. Tiene un enorme potencial para impulsar tecnologías ecológicas y sostenibles:

  • Reducción del consumo energético: al aprovechar materiales sin fricción interna, se minimiza la pérdida de energía.
  • Mejora en sistemas de almacenamiento de información: menos calor, más eficiencia, mayor vida útil.
  • Aplicaciones limpias en telecomunicaciones y transporte de energía.
  • Alternativa a materiales contaminantes como el amianto, ofreciendo soluciones basadas en fotónica avanzada.

El uso de luz como base para nuevos materiales cuánticos puede ser una pieza clave para una transición energética más eficiente, limpia y responsable con el medioambiente. La investigación apenas comienza, pero sus implicaciones apuntan a un futuro más sostenible.

Más información: Emerging supersolidity in photonic-crystal polariton condensates | Nature



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