El videojuego es experimentación. Lo hemos visto año tras año y, aunque es cierto que los grandes del mercado están menos interesados en mirar más allá, para eso están los juegos independientes como Threshold. Desarrollado por Julien Eveillé, este juego de terror surrealista se lanzó en Steam el pasado noviembre y, desde entonces, ha captado la atención de la comunidad por su atmósfera inquietante y su narrativa enigmática. Lo más curioso es que, en su afán por experimentar con ideas originales, Eveillé ha confirmado que su juego varía el nivel de dificultad dependiendo del país en el que se juegue.
En Threshold, los jugadores asumen el rol de un nuevo empleado encargado de mantener la velocidad de un tren interminable y de limpiar residuos en un río cercano. Estas actividades les permiten obtener tarjetas perforadas que pueden intercambiar por botes de oxígeno, esenciales para sobrevivir en la altitud extrema. A medida que avanzan, el juego los incita a cuestionar la naturaleza de su labor y el propósito de la estación, mientras el tema central del juego va cobrando protagonismo: la desorbitada cantidad de animales sacrificados.
Threshold es un juego que varía su dificultad según nuestro país
Aquí es donde Eveillé, en Bluesky, ha destapado dos secretos de su juego. Por un lado, uno de los finales —que no mencionaremos— varía dependiendo de la cantidad de animales que se sacrifican anualmente en el país del jugador, basándose en datos oficiales de la Organización de las Naciones Unidas. Sin embargo, lo realmente interesante es cómo esta selección del país afecta la dificultad del juego.
El tren que debemos atender disminuirá su velocidad con mayor frecuencia si seleccionamos un país con una alta mortalidad animal. Esto, a su vez, influye en otra mecánica central del juego: la falta de aire. Cada vez que hagamos esfuerzos, perderemos aliento y será imposible recuperarlo hasta que muramos. Aquí es donde el proyecto juega con nosotros, ya que, aunque no lo notemos de inmediato, la elección del país también afecta el tamaño de la montaña donde se ambienta el juego.
Esto se traduce en un tiempo máximo diferente según el país. Por ejemplo, según cita el autor, si jugamos desde China, un país con una alta tasa de sacrificio animal, nos quedaremos sin aliento en aproximadamente 60 segundos, mientras que en Reino Unido el tiempo máximo será de tres minutos antes de quedarnos sin aire.
Sea como sea, y aunque no conocíamos estos detalles de su desarrollo, Threshold ha sido elogiado por su capacidad para generar inquietud sin recurrir a los típicos sustos del género de terror. Su enfoque en la monotonía laboral y la exploración de temas como la productividad y la alienación resuena con experiencias contemporáneas, ofreciendo una reflexión profunda sobre la condición humana en contextos laborales opresivos.
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