Parece increíble, pero ya han pasado 42 años desde que un proyecto conocido como Interface Manager evolucionó a lo que hoy conocemos como Windows. Bill Gates, quién hoy es conocido por su labor filantrópica y por compartir algunos de los entresijos más curiosos de Microsoft, revolucionó la historia moderna de la tecnología con la creación del sistema operativo. Sin embargo, ni Gates ni el equipo original que desarrolló Windows siguen en Microsoft y, por ello, la firma tiene la intención de romper con una tradición que comenzó en 1990.
La llegada de Windows 3.0 trajo consigo el estreno de un elemento que, por desgracia, alguno hemos visto en más de una ocasión: la pantalla azul de la muerte (BSOD). En esencia, la intención principal de esta pantalla es mostrar problemas graves en el sistema, razón por la que se le ha relacionado con fallos de memoria, errores en controladores de hardware u otra situación similar. Sin embargo, como parte de la apuesta de la compañía para saltar a Windows 11, la firma de Redmond ha decidido rediseñar uno de sus elementos más conocidos y cambiar una tradición con 35 años de vigencia.
¿Qué sucederá con la pantalla azul de la muerte de Windows?
Como señala TechSpot, Microsoft está apostando por una nueva versión de la pantalla que contará con un diseño más alineado con Windows 11. De esta forma, el objetivo del cambio es mejorar la productividad de los usuarios tras un error del sistema y, como indica la misma noticia, dicha actualización está disponible para los miembros del programa Insider Preview. Sin embargo, lo sorprendente no es la evolución de esta función, ya que Microsoft ya ha hecho lo propio en el pasado con herramientas como el Panel de Control, sino el cambio tan significativo que ha aprobado la marca: la pantalla azul ya no será azul.
Ahora, en lugar de azul, la pantalla de error será de color verde (o negra en futuras versiones). De esta forma, los usuarios ya no podrán hablar de la pantalla azul de la muerte, ya que Microsoft ha decidido que dicho color ha pasado a mejor vida. A esto, a su vez, debemos añadir que la nueva interfaz sigue mostrando detalles técnicos del error, pero lo hará de forma aún más concisa para poder detectar los fallos pertinentes. Así, Microsoft apuesta por una medida similar a la del análisis de componentes en Windows 11, ya que también ha decidido prescindir de elementos característicos como la carita triste o el código QR que se incluyó en las últimas versiones.
Sea como fuere, la misma noticia indica que no es la primera vez que Microsoft se plantea actualizar el diseño del BSOD en Windows. De hecho, es probable que el color verde mostrado en la versión Insider sea solo una apuesta temporal y, por ello, podrían volver a optar por el color azul o dar el salto al citado negro. Decida lo que decida la compañía, está claro que Windows 11 ha llegado para romper moldes y, sorprendentemente, el próximo sacrificado podría ser este elemento, ya que contar con una longevidad de 35 años no garantiza que se mantenga vigente.
Windows 95 vuelve al ruedo 24 años después
Si hablamos de sistemas operativos históricos de Microsoft, es imprescindible hacer alusión a gigantes de la talla de Windows XP. Aunque la firma norteamericana decidió finalizar el soporte oficial en 2014, apostó por mantenerlo vigente cinco años más para uso y disfrute de los interesados en esta opción. Sin embargo, antes de la llegada de dicha opción en 2001, la firma de Redmond apostó por otro sistema operativo histórico que, para sorpresa de muchos, ha vuelto a ser noticia 24 años después de su adiós: Windows 95.
Como señala Ars Technica, Crystal Drew (una iniciativa dirigida por devotos de sistemas clásicos) lanzó una actualización de CrystalMark Retro, un software de benchmarking. Por norma general, los benchmarks se centran en los dispositivos y sistemas actuales, pero esta nueva versión ha conseguido que la herramienta sea compatible con Windows 95, 98, NT 3.51 y 4.0. De esta forma, Windows XP ha dejado de ser su sistema más antiguo y, gracias a dicha actualización, ahora es capaz de evaluar el rendimiento de la CPU (mononúcleo y multinúcleo), gráficos 2D, gráficos 3D y velocidad del disco. Además, también funciona en sistemas modernos con arquitecturas x86 y Arm.
Por ende, permite comparar el rendimiento de equipos antiguos en una base de datos en línea, ya que los benchmarks también ayudan a verificar que los equipos antiguos funcionan de forma correcta. Gracias a esta iniciativa, las comunidades en línea que mantienen vigente la pasión por Windows 95 y Windows 98 podrán disfrutar de una herramienta que les facilitará el trabajo. Aún así, se recomienda no conectar estos sistemas antiguos a internet por razones de seguridad, ya que varios experimentos han demostrado que los hackers apenas necesitan unos minutos para hacer de las suyas.
Imagen principal de Marco’s Retro Tech (YouTube)
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