
▲ El músico estadunidense en su casa de Los Ángeles en 2008.Foto Ap
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Periódico La Jornada
Jueves 12 de junio de 2025, p. 8
Brian Wilson, el visionario y líder de los Beach Boys, cuyo genio para la melodía, los arreglos y la asombrada autoexpresión inspiró Good Vibrations, California Girls y otros himnos veraniegos, convirtiéndolo en uno de los artistas de grabación más influyentes del mundo, falleció a los 82 años.
La familia de Wilson publicó ayer la noticia de su muerte en su sitio web y en sus redes sociales. Hasta el momento, no se dispone de más detalles.
Desde mayo de 2024, Wilson estaba bajo tutela judicial para supervisar sus asuntos personales y médicos, y sus representantes de toda la vida, la publicista Jean Sievers y la mánager LeeAnn Hard, estuvieron a cargo.
El mayor y último sobreviviente de tres hermanos músicos –Brian tocaba el bajo, Carl la guitarra principal y Dennis la batería– él y sus compañeros de los Beach Boys pasaron en la década de 1960 de ser una banda local de California a convertirse en creadores de éxitos a escala nacional y embajadores internacionales del surf y el sol. Wilson mismo fue celebrado por sus dones y compadecido por sus problemas sicológicos. Fue uno de los grandes románticos del rock, un hombre atormentado que, en sus años de apogeo, emprendió un camino cada vez más arduo hacia la perfección sonora, el único sonido verdadero.
Los Beach Boys se encuentran entre los grupos más populares de la era del rock, con más de 30 sencillos en el Top 40 y ventas mundiales de más de 100 millones. El álbum de 1966 Pet Sounds fue votado como el número 2 en una lista de los mejores 500 álbumes elaborada en 2003 por la revista Rolling Stone, perdiendo, como Wilson había hecho antes, ante Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles.
Los Beach Boys, donde también tocaban el primo de Wilson, Mike Love, y el amigo de la infancia Al Jardine, fueron elegidos para el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1988.
Wilson tuvo disputas con Love sobre los créditos de las canciones, pero sus pares lo adoraban más allá de la envidia, desde Elton John y Bruce Springsteen hasta Smokey Robinson y Carole King. El baterista de The Who, Keith Moon, fantaseaba con unirse a los Beach Boys. Paul McCartney citó Pet Sounds como una inspiración directa en los Beatles y la balada God Only Knows como una de sus canciones favoritas, que a menudo lo hacía llorar.
Wilson conmovió y fascinó a fanáticos y músicos mucho después de que dejara de tener éxitos. En sus últimos años, él y un devoto séquito de músicos más jóvenes interpretaron Pet Sounds y su restaurada obra maestra, Smile, ante multitudes devotas en salas de conciertos. Mientras tanto, The Go-Go’s, Lindsey Buckingham, Animal Collective y Janelle Monáe formaron parte de una amplia gama de artistas que lo emularon, ya sea como un maestro en la creación de música pop o como un pionero en descomponerla.
La música de los Beach Boys era como una fiesta interminable, con Wilson como anfitrión y tímido observador. Era un hombre alto y retraído, parcialmente sordo (supuestamente debido a las palizas de su padre, Murry Wilson), con una dulce y torcida sonrisa, y rara vez tocaba una tabla de surf a menos que hubiera un fotógrafo cerca. Pero a partir del estilo de vida que observó y de influencias musicales como Chuck Berry y los FourFreshmen, conjuró un paisaje sonoro dorado: dulces melodías, armonías brillantes, viñetas de playas, autos y chicas, que resonaron a través del tiempo y de los climas.
Décadas después de su primer lanzamiento, existe una canción de los Beach Boys que aún puede evocar instantáneamente el verano: el riff de guitarra que abre Surfin’ USA; la fusión de voces de Don’t Worry Baby; los cánticos de Fun, Fun, Fun o good, good, GOOD, good vibrations
; el controlado coro Round, round, get around, I get around
. Las canciones de los Beach Boys han perdurado desde tocadiscos y radios de transistores hasta radiocasetes e iPhones, o cualquier dispositivo que pudiera colocarse sobre una toalla de playa o erguirse en la arena.
El inocente atractivo de la banda sobrevivió a la historia cada vez más problemática del grupo, ya fueran los numerosos desafíos personales de Brian, las disputas y demandas entre los miembros de la banda o el alcoholismo de Dennis Wilson, quien se ahogó en 1983. La ambición del músico elevó a los Beach Boys más allá de los placeres de sus primeros éxitos y hacia un mundo trascendente, excéntrico y destructivo. Parecían vivir cada fantasía, y muchas de las pesadillas del mito californiano que ayudaron a crear.
Brian Wilson nació el 20 de junio de 1942, dos días después de McCartney. Sus dones musicales fueron evidentes desde temprano, y de niño tocaba el piano y enseñaba a sus hermanos a cantar en armonía. Los Beach Boys comenzaron como un acto de barrio, ensayando en el dormitorio de Brian y en el garaje de su casa en el suburbio de Hawthorne, California. La música surf, mayormente instrumental en sus primeros años, ganaba popularidad localmente: Dennis Wilson, el único verdadero surfista del grupo, sugirió que aprovecharan la oportunidad. Brian y Love escribieron apresuradamente su primer sencillo, Surfin, un éxito menor lanzado en 1961.
Querían llamarse los Pendletones, en honor a una popular camisa de franela que usaban en las primeras fotos publicitarias. Pero cuando vieron por primera vez las copias de Surfin, descubrieron que la discográfica los había etiquetado como The Beach Boys. Su éxito llegó a principios de 1963 con Surfin’ USA, tan estrechamente basada en Sweet Little Sixteen de Chuck Berry que éste demandó con éxito para obtener un crédito de composición.
A mediados de la década de 1960, los Beach Boys eran considerados la respuesta del país a los Beatles, un juego amistoso adoptado por ambos grupos, transportando la música pop al nivel de arte
y dejando a Wilson como un hombre roto.
Wilson fue comparado no sólo con los Beatles, sino con Mozart y George Gershwin, cuyo Rhapsody in Blue lo había inspirado desde la infancia.
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