Lo que empezó como una terrible pelea por los derechos de sus primeras grabaciones terminó convirtiéndose en el negocio del siglo. Taylor Swift, en lugar de quedarse de brazos cruzados tras perder el control de sus primeros seis álbumes, reescribió las reglas del juego y se convirtió en la dueña absoluta de su legado y, de paso, creó un modelo de negocio millonario que ahora otros artistas miran con atención.
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Taylor Swift: De la pelea por sus canciones al control total
En 2019, la artista se encontró en el centro de una polémica luego de que Big Machine Records, el sello con el que lanzó sus primeros trabajos, fuera vendido a Scooter Braun sin su consentimiento. Este movimiento incluyó la transferencia de sus grabaciones maestras, un hecho que ella calificó de traición.
Lo que siguió fue una tormenta pública, una batalla legal y un giro estratégico que nadie vio venir: Swift decidió regrabar sus discos bajo la marca “Taylor’s Version”, arrebatando valor comercial a los originales y recuperando el control de su obra.
En lugar de ceder o aceptar condiciones impuestas, invirtió en su propio catálogo y, según informes, compró sus grabaciones maestras por más de 300 millones de dólares, una cifra que suena elevada, pero resulta modesta si se considera que su valor neto supera los 1.600 millones, impulsado por el éxito global de The Eras Tour, que generó unos 2.200 millones de dólares.
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Claves del éxito de Taylor Swift como empresaria
Taylor Swift ha sabido moverse con inteligencia en un terreno hostil para los creadores. Estas son algunas de las estrategias que la han posicionado como una referente empresarial:
- Regrabaciones inteligentes: Las nuevas versiones no solo son fieles a las originales, sino que ofrecen valor añadido para los fans.
- Apoyo masivo de sus seguidores: Los Swifties boicotearon los álbumes originales y elevaron las “Taylor’s Version” en las listas.
- Negociaciones férreas: En su contrato con Republic Records/Universal Music Group, se aseguró de conservar sus futuras grabaciones maestras.
- Diversificación de ingresos: Desde giras y merchandising hasta productos de edición limitada, su modelo de negocio es integral.
- Narrativa de empoderamiento: Convertir una injusticia en una historia de redención le dio un potente valor simbólico a su estrategia.
El caso de Taylor Swift demuestra que el talento debe ir acompañado de visión de negocio. Y, sobre todo, que el respaldo del público puede inclinar la balanza. Su caso podría marcar un punto de inflexión para que las nuevas generaciones exijan mejores acuerdos desde el inicio y comprendan que el catálogo musical es su activo más valioso.
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