El estudio del cosmos evoluciona cada vez a mayor velocidad, gracias a las nuevas tecnologías que permiten obtener datos más precisos que ponen en duda algunas teorías. Hace poco se descubrió a tres monstruos rojos galácticos que lo cambian todo, no deberían estar ahí, era algo que se creía imposible.
La realidad contradice las suposiciones de los científicos
La astronomía es una ciencia apasionante que ha permitido conocer más acerca del origen del universo y el desarrollo de teorías que pretenden aclarar cómo fue ese proceso. En la actualidad están ocurriendo cambios en algunas de ellas, porque los nuevos instrumentos son mucho más precisos.
Y la llegada del Telescopio Espacial James Webb (JWST) mostró la presencia de tres monstruos rojos galácticos. Que realmente son galaxias que nacieron después de unos mil millones de años del Big Bang, cuyo crecimiento rápido contradice la suposición de que ellas aumentan de tamaño de forma muy lenta.
Las galaxias antiguas son más rápidas que las recientes
A lo largo de la historia de todas las ciencias, los cambios han sido una constante debido a la creación de nuevos métodos e instrumentos que les han permitido acercarse un poco más a la verdad. Y ahora la astronomía vive un proceso de transformación debido al descubrimiento de tres monstruos rojos galácticos.
Que son tres galaxias detectadas por un grupo de científicos, que realizaron el hallazgo mientras estudiaban la información proporcionada por el programa FRESCO del Telescopio Espacial James Webb (JWST). Lo primero que llamó la atención fue su color rojo intenso, que es causado por el polvo cósmico.
Ese elemento es muy abundante en los monstruos rojos, donde hay una preponderancia de luz con longitudes de onda largas como los infrarrojos que le dan ese tono, porque absorben las más cortas. Eso es aprovechado por el JWST, que percibe muy bien ese tipo de luminosidad y la muestra de forma nítida.
Y con esto los astrónomos desvelaron que esas galaxias más antiguas tenían una gran rapidez para transformar el 50% del gas que poseían en estrellas. Mientras que, en comparación, las que son de origen más reciente lo hacen de una forma muy deficiente, pues tan solo tienen la capacidad de convertir el 20%.
El desarrollo tan veloz de esas galaxias contradice las suposiciones de los expertos al respecto, pues presumían que ese era un proceso gradual muy lento. En cambio, estas llegaron a tener unas dimensiones similares a la Vía Láctea en un lapso muy breve, por lo cual todo ese conocimiento va a cambiar.
Porque, de hecho, ni siquiera deberían estar allí, se creía que eso era algo imposible, ya que refuta todo lo que se creía saber acerca del cosmos. Los tres monstruos rojos están haciendo que los astrónomos tengan que plantearse de nuevo de qué manera, y con cuánta rapidez, se conformaron las galaxias.
Los tres monstruos rojos galácticos pueden aclarar algunos misterios
La brillantez y las enormes dimensiones de esos tres gigantes celestes hicieron que los expertos pusieran en duda su naturaleza. Sin embargo, aún no está claro por qué formaron estrellas de forma tan veloz, pero se cree que los siguientes mil millones de años después del Big Bang, la situación era favorable.
De manera que era más fácil que las galaxias se conformaran porque existían grandes cantidades de gas frío que colapsaba y permitía la generación de estos sistemas (o como estos viajeros del espacio que van a velocidades fantásticas). Se espera que el estudio de elementos similares brinde datos que aclaren algunos misterios.
Concluyendo, los tres monstruos rojos galácticos fueron captados por el Telescopio Espacial James Webb (el mismo que descubrió las llamaradas que surgían de un agujero negro). Se suponía que las galaxias crecían de forma lenta, pero estas tres, a pesar de ser más antiguas, lo hicieron a un ritmo muy acelerado.
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