Olinia no es el único vehículo mexicano y económico que se tiene planeado, ahora se conquistará el cielo. Un elemento que será clave en la expansión de la industria aeroespacial del país, dejando el nombre de México en la cima de las producciones.
Un avión económico y con sello mexicano, es el Olinia de los cielos
México se ha caracterizado por ser un intermediario en la industria, muchas empresas extranjeras se encargan de instalar sus plantas para aprovechar la mano de obra calificada de mexicanos y exportar sus productos. Se ensamblan coches, motores, sistemas eléctricos, pero se quiere ser fabricantes al 100 %.
Precisamente por ello, han presentado oficialmente el primer avión totalmente mexicano, comparado con el Olinia pero del aire. No es eléctrico, pero sí tendrá un precio más económico que otros aviones de su misma categoría, por ser fabricado completamente en el país.
Se trata del Pegasus PE-210A, que fue presentado en la Feria Aeroespacial México (FAMEX) 2025. Lo que resalta es que es un diseño, producción y fabricación en su totalidad en México. Esto nos deja en la cima competitivamente en la industria aeroespacial y con grandes expectativas para el futuro.
La creación es de la empresa Oaxaca Aerospace, y no fue fácil lograrlo, tomó 14 años de desarrollo, estudio y colaboración con otras empresas para alcanzar el prototipo del avión. Todas sus piezas y diseño son de talento mexicano.
Producto nacional para el mundo, uno de los aviones más baratos en su clase
Se le compara con el Olinia (el coche eléctrico mexicano que estará listo para esta fecha), no por sus características, sino por su economía. Es un avión que quiere cerrar la brecha económica, y ser una opción más accesible comparada con el resto.
El PE-210A es un avión biplaza con asientos uno detrás del otro, diseñado para funciones de entrenamiento, vigilancia, observación táctica y patrullaje aéreo. Tiene una autonomía de cinco horas y un alcance de 1600 kilómetros.
Su rendimiento y fabricación nacional, lo hacen más económico. Cuesta aproximadamente 3 millones de dólares, que no es una cantidad pequeña, pero hablamos de un avión. Otros en su misma categoría pueden alcanzar los 10 millones de dólares, así que sí es una gran diferencia.
El proyecto ha sido impulsado por un equipo de solo 25 mexicanos, quienes han invertido su talento en cada etapa del desarrollo, desde el diseño hasta el ensamblaje. La fase de diseño por sí sola implicó una inversión de 30 millones de dólares.
La planta de producción ubicada en Oaxaca, tiene capacidad para producir hasta 52 aviones al año, aunque la producción inicial se limitará a cinco o seis por el momento, y según la demanda, se ampliará. Se estima que para 2026 serán las primeras entregas de los aviones.
Pegasus planea transformar la industria aeroespacial en México, y va por más
No planean quedarse solo con un avión, la empresa ya está en desarrollo de un segundo prototipo con más fuerza, tren de aterrizaje retráctil y sistema de aviónica Garmin G1000. El objetivo es que funciones para misiones militares más avanzadas.
El sector aeroespacial genera más de 50 mil empleos directos y 190 mil indirectos, siendo el país fabricante, estas cifras van a aumentar de forma positiva. Además, se armarán 100 motores de avión para 2027 en colaboración con Francia, lo que promete para el futuro de la industria.
Contar con un avión propio y de sello mexicano, un Olinia de los cielos, es un impulso a la industria aeroespacial en el país. Es el inicio de los avances que se vienen para los próximos años, donde México pasará de ser un intermediario para entrar en la competencia como fabricante. El cielo ya no es el límite y se comienza a volar alto hacia el futuro de la aviación.
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