El mundo de la tecnología tiene a la figura de Steve Jobs marcada con las etiquetas gurú y visionario. Para el resto, para quienes además de no negarle ese aura hemos leído sobre sus excentricidades y soberbia, el cofundador de Apple debía ser un gran líder, pero las anécdotas y curiosidades que rodeaban a sus empleados dejaban bastante claro que estaba lejos de ser uno perfecto.
Sin embargo, siempre hay hueco para una excepción que confirme la regla, y la que dio a conocer el que fuera director de calidad de Apple, Ron Givens, es la más sorprendente de todas. Tal y como recordaban nuestros compañeros de Applesfera, si bien es cierto que Steve Jobs odiaba que la gente llegase tarde, con su secretaria tuvo una reacción insólita.
El regalo envenenado de Steve Jobs
Aunque no han trascendido los datos sobre la secretaria en cuestión, Givens apuntaba que era una trabajadora excelente. Pero la mala suerte puede salpicar a cualquiera, incluso a los empleados más valorados, y frente a la máxima de Steve Jobs de no llegar nunca tarde, aquella secretaria tropezó en la peor piedra posible.
Cuando llegó a las oficinas de Apple, Steve Jobs le esperaba en la puerta. Parecía evidente que, ante una reacción así, la única salida era terminar despedida. Lo que ocurrió en realidad fue que le preguntó qué había pasado para presentarse tarde a su puesto. Ella se excusó asegurando que había tenido problemas para arrancar el coche y, temiéndose la peor reacción posible, la cosa se quedó ahí.
Poco tiempo después, Steve Jobs se presentó ante su secretaria, le entregó las llaves de un Jaguar y le dijo: “toma, para que no llegues tarde nunca más”. Un coche de unos 30.000 dólares a principios de los 80, equivalente a unos 100.000 dólares actuales en base a inflación, evidentemente era un regalo envenenado, pero al menos aquella secretaria pudo aliviarse el susto mejor que otros trabajadores como la que fue despedida cinco veces y se mostraba agradecida por ello.
Imagen | Thetaxhaven
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