
Los camiones eléctricos actuales pueden recorrer hasta 150 kilómetros por carga, más que suficiente para la mayoría de rutas regionales.
- 87 % de los trayectos regionales de camiones pueden ser eléctricos.
- Tecnología ya disponible, falta infraestructura.
- Carga en depósitos = clave.
- Pymes necesitan apoyo financiero y técnico.
- Bidireccionalidad puede dar estabilidad a la red.
- Urgente acelerar el despliegue de red eléctrica.
- Alemania puede replicar modelos de Francia y España.
Electrificación regional: una oportunidad real
Según un estudio de Transport & Environment, apoyado por el Instituto Fraunhofer ISI y el Öko-Institut, el 87 % de los trayectos en camiones dentro del transporte regional en Alemania puede cubrirse con vehículos eléctricos actuales, siempre que exista la infraestructura de carga adecuada en los depósitos logísticos.
Estos depósitos electrificados, es decir, centros logísticos con puntos de carga en los patios de operaciones, representan una herramienta clave para reducir las emisiones del sector transporte. Su implementación permitiría aprovechar los tiempos muertos de los vehículos —por ejemplo, durante la noche o entre turnos— para realizar cargas programadas y eficientes.
Tecnología madura y con lógica económica
Los camiones eléctricos actuales pueden recorrer hasta 150 kilómetros por carga, más que suficiente para la mayoría de rutas regionales. Pero la clave no es solo la autonomía: lo esencial es tener cargadores fiables donde los camiones descansan. Esto permite planificar ciclos de carga sin afectar las operaciones y aprovechar tarifas eléctricas más baratas en horarios valle.
Además, con tecnología de carga bidireccional, estos depósitos podrían actuar como sistemas de almacenamiento de energía, aportando estabilidad a la red eléctrica y generando ingresos extra para las empresas mediante servicios de balanceo.
Aplicación práctica: de pruebas a soluciones reales
Ya hay experiencias exitosas en Alemania que prueban que la carga en depósitos no es teoría: funciona. Empresas logísticas han logrado incorporar camiones eléctricos sin alterar su operativa diaria, gracias a una planificación inteligente y sistemas de carga adaptados. Esto también facilita la integración de energías renovables, como paneles solares en las instalaciones.
El reto está en escalar el modelo, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, que enfrentan barreras significativas:
- Altos costes iniciales de infraestructura.
- Trámites burocráticos complejos.
- Largos plazos de espera para conexión a la red.
Modelos como los de Francia y España han demostrado cómo superar esto con créditos garantizados por el Estado, subvenciones directas y campañas informativas prácticas.
Mercado: el transporte regional, una palanca inmediata
De los más de 7.000 millones de kilómetros que recorren anualmente los camiones en Alemania, más de 3.000 millones son en trayectos cortos (menos de 150 km). Este segmento es ideal para electrificar rápidamente:
- Distancias cortas.
- Rutas repetitivas y predecibles.
- Tiempos de carga planificables.
Además, la infraestructura semiprivada de carga en depósitos puede servir en el futuro como base para el transporte de larga distancia, al funcionar como nodos logísticos en corredores clave.
Empresas: el cambio necesita apoyo estructural
La mayoría de las empresas logísticas alemanas son pequeñas o medianas, con recursos limitados y contratos a corto plazo. Para ellas, el salto a flotas eléctricas es una apuesta de alto riesgo si no hay un respaldo institucional.
Para desbloquear este cambio, se necesita:
- Subvenciones automáticas para puntos de carga y conexiones eléctricas.
- Asesoría técnica y financiera accesible.
- Mecanismos de avales estatales, como los que existen en España (Sociedades de Garantía Recíproca), para facilitar el acceso al crédito.
Política: infraestructura y normativa deben ir al ritmo del cambio
El Gobierno federal tiene que tomar la iniciativa. Es imprescindible una legislación clara para la carga compartida en depósitos, especialmente cuando varias empresas usan las mismas instalaciones.
También urge acelerar la expansión de la red eléctrica. Actualmente, conectar un depósito con suficiente capacidad puede tardar años, algo incompatible con los plazos operativos de las empresas.
Es necesario:
- Sincronizar el desarrollo de la red con la demanda esperada.
- Obligar a los operadores locales a realizar análisis de necesidades estratégicas anticipadas.
- Crear incentivos regulatorios, como incluir el consumo eléctrico en depósitos en los sistemas de cuotas de gases de efecto invernadero (THG).
Potencial
La electrificación de depósitos es más que una solución técnica: es una herramienta directa contra el cambio climático. Al descarbonizar el transporte regional, se reduce la dependencia de combustibles fósiles, se disminuye la contaminación local en zonas urbanas e industriales, y se mejora la eficiencia energética del sistema logístico.
Además, al fomentar la carga en horas valle y con renovables, se alivia la presión sobre la red eléctrica. Esto también permite una transición justa para las pymes, si se les brinda el apoyo necesario.
En última instancia, el impulso a los depósitos electrificados acerca al sector transporte a un modelo circular, resiliente y libre de emisiones, que es esencial en la lucha por un planeta habitable. La integración de estos sistemas también puede liberar espacio para reconvertir infraestructuras contaminantes, como aquellas que aún contienen amianto, y promover entornos industriales más seguros y saludables.
Más información: Briefing_Depot Charging
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