Aunque no es la única, pues existen empresas como LandScape, i-Space o Galactic Energy, a inicios de 2024 lanzó con éxito el Gravity-1, el cohete más potente desarrollado por una empresa privada china hasta la fecha. Este cohete despegó desde una plataforma marítima frente a la costa de la provincia de Shandong y colocó en órbita tres satélites de teledetección.
Este cohete tiene la capacidad de enviar hasta 6,500 kg a la órbita terrestre baja y puede colocar hasta 30 satélites en un solo lanzamiento. Además, su capacidad para despegar desde plataformas móviles en el mar aumenta las opciones de sitios de lanzamiento y reduce el riesgo de que las etapas del cohete caigan en áreas habitadas, algo que en el caso de empresas como SpaceX no se ha logrado hacer.
“Algo muy peculiar de las empresas de origen chino es que tienen mucho talento técnico y el mismo bloqueo comercial que han vivido las ha orillado a innovar en otros sentidos con respecto a las de occidente”, señaló en entrevista Miguel González-Mendoza, Profesor Investigador en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.
Tras este éxito, Orienspace aseguró una ronda de financiación de casi 600 millones de yuanes (aproximadamente 83.5 millones de dólares) en enero de 2024. Los fondos se destinarán al desarrollo de su primer cohete de propulsión líquida, el Gravity-2, que se espera tenga una capacidad de carga de 25.6 toneladas a la órbita terrestre baja y cuente con una primera etapa reutilizable. El primer lanzamiento del Gravity-2 está previsto para finales de 2025 o inicios de 2026.
Esta vertical en la que pretende entrar la empresa china pegaría a SpaceX, empresa fundada en 2002 por Elon Musk, en su carrera por conquistar el espacio con cohetes reutilizables a un costo más bajo.
En cuanto a las inversiones, SpaceX ha recaudado fondos significativos a lo largo de los años. En agosto de 2020, la compañía obtuvo una inversión de 1,900 millones de dólares, elevando su valoración a 46,000 millones de dólares. Y de hecho, para diciembre de 2024, la compañía de Musk alcanzó una valoración de 350,000 millones de dólares en una transacción de compra de acciones de empleados.
Además de esta startup, Space X compite con viejos y nuevos conocidos, como Blue Origin, respaldada por Jeff Bezos, que busca desarrollar infraestructura espacial sostenible, incluyendo su cohete New Glenn.
En el ámbito tradicional, Boeing y Lockheed Martin siguen siendo pilares en la fabricación de satélites y sistemas de defensa, mientras que ArianeGroup mantiene la soberanía europea en lanzamientos comerciales. En China, CASC y CASIC lideran el programa espacial estatal, pero empresas emergentes como Orienspace y LandSpace están comenzando a competir con el sector privado global.
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