Advertisement

Ortiz Tejeda: Nosotros ya no somos los mismos



Aunque ahora no resulte ya apropiado ni fácil de aceptar, a mí siempre me ha causado risa cuando en una plática, no se diga en una discusión, alguien recurre para fundamentar sus argumentos en un viejo dicho que se había colado en la conversa. Los adagios y refranes que nos asombraron por su agudeza y humor durante muchos años, ya resultan totalmente anticuados y hasta ridículos y no tienen más utilidad que, a fuerza de irracionales, darle sabor autóctono al alegato en el que estamos metidos en ese momento. Veamos unos fáciles ejemplos.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *