A finales de la convulsa década de 1960, el cuarteto más famoso del mundo, The Beatles, comenzaba a fracturarse por diferencias que sus miembros no pudieron conciliar. Y mientras la que es considerada como la banda más influyente de todos los tiempos tenía los días contados, otro cuarteto, también británico, apareció en la escena musical para hacerse escuchar con un nuevo y trepidante sonido, el heavy metal.
En 1968, Tony Iommi, Ozzy Osbourne, Bill Ward y Geezer Butler conformaron la agrupación que en las décadas siguientes se convertiría en una de las más influyentes en el heavy metal, un género de guitarras distorsionadas, bajos densos, baterías fuertes y letras oscuras que nació junto con ellos.
Paranoid, el segundo álbum de estudio de Black Sabbath, publicado en 1970, fue la obra que los llevó al éxito; fue número uno en el Reino Unido y, a la fecha, es el más vendido de la banda. Al paso de las décadas, se convirtió en un disco de culto; entre sus canciones, se encuentran tres de los temas que, a decir de los críticos, están en el top 10 de las mejores canciones de la banda: Paranoid, Ironman y War Pigs.
Ironman iba a llamarse War Pigs
En 1970, cuando ya todo estaba listo para lanzar al mercado el segundo álbum de estudio de Black Sabbath, la disquera encargada de producirlo dio un golpe de timón a última hora y hacer una modificación en la portada, que a día de hoy es considerada una de las más icónicas de la agrupación.
El disco iba a llamarse War Pigs (cerdos de guerra, en español), como la canción con la que abre, un tema de protesta contra la guerra, pero ante el temor a las reacciones de quienes en aquello años estaban a favor de la Guerra de Vietnam, decidieron cambiar el nombre del álbum a Paranoid, la segunda canción en la lista.
En una entrevista para Gibson TV, Tony Iommi explicó que la portada de Paranoid no tiene nada que ver con la canción del mismo nombre. “Se iba a llamar War Pigs, así que teníamos un tipo con el escudo y una espada que remotamente tenía sentido, más que Paranoid. Pero prohibieron eso, no podías usar War Pigs como título en aquella época… Fue muy incómodo para nosotros seguir adelante con ciertas cosas”.
Un cambio sin sentido
En otra entrevista, Geezer Butler opinó que la portada ya era mala cuando la idea era llamar al disco War Pigs, pero cuando ocurrió el cambio ya ni siquiera tenía sentido.
“Para nosotros, Paranoid no era más que una canción de relleno y luego, la compañía discográfica dijo: ‘Hola chicos, esta es la mejor canción del álbum. Llamemos el disco Paranoid’”.
El cambio no fue bien recibido por la banda, sin embargo, no tuvo ningún efecto negativo en el impacto que el álbum tendría en los seguidores de Black Sabbath, para quienes la imagen de un disco no definía a los pioneros del heavy metal, sino su poderoso sonido.
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