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Podríamos recubrir el planeta, varias veces


La determinación del origen de la primera fuente de oro es una de las incógnitas que más ha llamado la atención a la comunidad científica, así como dónde se encuentran los más grandes depósitos de este metal pesado que permitirían recubrir el planeta una multitud de veces . Aquí te contamos de un sorprendente hallazgo.

Los alquimistas no sabían que la fuente de oro se encuentra en este recóndito rincón

El oro es uno de los metales que históricamente más ha llamado la atención debido a su brillo y belleza una vez tratado y pulido, pero desde el punto de vista químico es debido a su rareza, alta densidad y estabilidad que ha adquirido un tan alto valor que han convertido su origen en fuente de estudio, incluso desde los tiempos de los alquimistas.

Pese a los siglos transcurridos desde que se ha utilizado con diversos fines aún se desconoce el patrón de distribución de este valioso metal en el mundo, pero más ha llamado la atención a los científicos interesados en la formación del universo la forma como este elemento se distribuyó en el cosmos.

Recientes hallazgos han demostrado que la existencia de oro en el universo tiene que ver con los magnetares y las estrellas de neutrones, la primera es una clase de estrella de neutrones de extremada brillantez y campo magnético súper potente, mientras que las segundas constituyen el residuo de núcleos de estrellas luego de la explosión.

Los astrónomos han puesto todo su esfuerzo en determinar el mecanismo de formación de los magnetares, postulando que la aparición de los primeros se produjo justo después de las estrellas iniciales, aproximadamente 200 millones de años luego del inicio del cosmos, y a través de este conocimiento han dado con la fuente de oro.

Buscando el origen de las estrellas dieron con el nacimiento de las primeras vetas

La comunidad científica todavía está tratando de averiguar cómo se forma un magnetar exactamente, pero se teoriza que la aparición de los magnetares iniciales tal vez se produjo justamente luego de las primeras estrellas, lo que equivale a unos 200 millones de años del origen del cosmos, es decir, hace aproximadamente más de 13 mil millones de años.

Los magnetares o estrellas de neutrones de alto magnetismo ha sido del interés de los astrónomos desde hace décadas y nuevos estudios estarían revelando detalles sobre ellos basándose en los hallazgos vinculados con una señal revelada por los datos archivados de una misión espacial.

La hipótesis científica es que posterior al Big Bang que dio origen al universo cuya data se remonta a más de 13 mil millones de años estaban presentes pequeñas cantidades de elementos ligeros, por ejemplo hidrógeno, helio y litio, y posteriormente los pesados fueron lanzados por ondas gravitacionales.

El Big Bang llevó los metales más pesados muy lejos y allí la humanidad irá a buscarlos

Los instrumentos telescópicos de la NASA y la ESA aportan un reciente análisis de datos desde el cual se postulan nuevos avances sobre la posible creación del oro en los confines del universo, teorizando que estas masas siderales de neutrones se constituyeron en el remanente de los núcleos de estrellas luego de la explosión original.

Anirudh Patel, cursante del programa de doctorado de física en la Universidad de Columbia, Nueva York, en un estudio publicado en abril en The Astrophysical Journal Letters sostiene que el choque entre las masas siderales de neutrones puede ser clasificado como kilonova dando origen a elementos pesados como oro, platino y plomo.

En el artículo sostiene la existencia de una clara relación entre la producción de oro y las colisiones de estrellas de neutrones, lo cual pudo ser comprobado en 2017 durante la observación de un choque entre dos de estos cuerpos siderales y que provocó la liberación de ondas gravitacionales y haces de luz provenientes del estallido de rayos gamma.

En conclusión, la fuente de las vetas de oro que se encuentran en el planeta y el resto del universo se vincula con la liberación de elementos pesados luego de la explosión estelar; sin embargo, no está claro el patrón de como un metal tan pesado pudo haberse distribuido, pero estamos seguros que pronto se descubrirá.



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