
La banda sinaloense Los Alegres del Barranco ha estado en el foco de atención pública tras su presentación del 29 de marzo en el Auditorio Telmex, en Jalisco. Durante el concierto, proyectaron imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, mientras interpretaban el corrido El del Palenque, canción dedicada al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El acto se repitió al siguiente día en Michoacán.
Tras la difusión del video en redes sociales, la Fiscalía General del Estado (FGE) de Jalisco abrió una investigación por presunta apología del delito. Citados a comparecer la semana pasada, los integrantes de la agrupación asistieron pero se reservaron el derecho a declarar.
La polémica creció con declaraciones del gobernador Pablo Lemus, quien reprochó públicamente el hecho y pidió dejar de normalizar la violencia. En paralelo, algunos estados, como Aguascalientes, Querétaro y Michoacán, comenzaron a discutir o aplicar prohibiciones para interpretar narcocorridos en eventos públicos, ello también por la polémica de Luis R. Conriquez, que se enfrentó a una fanaticada enojada en la Feria del Caballo de Texcoco luego de negarse a interpretar narcocorridos.

No es la primera vez que Los Alegres del Barranco se ven vinculados a figuras del crimen organizado a través de su música.
En su libro La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa, la periodista Anabel Hernández hace una mención a la banda por haber interpretado un corrido dedicado a un personaje del Cártel de Sinaloa: Guillermo Michel Hernández, alias “El Lagartijo”, un exsicario de Los Chapitos que colaboró con la investigación periodística y ahí contó que autorizó dicha canción.
La canción fue lanzada en el 2021 y el video oficial de El Lagartijo fue publicado en el canal de YouTube de Los Alegres del Barranco; hasta la fecha acumula más de 170 mil reproducciones.

La letra retrata de forma directa los hechos y experiencias que el propio Lagartijo también contó a Anabel Hernández.
El corrido El Lagartijo, interpretado por Los Alegres del Barranco, relata en primera persona la trayectoria criminal del miembro del Cártel de Sinaloa vinculado a Los Chapitos. La canción menciona directamente su apodo, marcado en el brazo, y hace referencia a diversas acciones armadas, como el rescate de un preso “a punta de balas” en Parral, Chihuahua, y su llegada al estado de Sinaloa para integrarse al grupo del “Venado”, que ahora se sabe es liderado por Germán Villavicencio Meza.
En la letra se destacan elementos recurrentes del imaginario narco: el uso de armas pesadas (“una artillada y un cincuentón”), el traslado por rutas como La Rosca a Culiacán, y la lealtad a líderes no identificados por nombre (“ando cuidando a un barbón”). También se alude a su frialdad al momento de enfrentar enemigos y a su autonomía operativa: “no ocupo de mucha gente / nomás de mis juguetitos”.
A diferencia de otros narcocorridos más alegóricos, esta canción presenta una narrativa específica, con episodios concretos, armas precisas y referencias geográficas reales. Funciona no solo como exaltación del personaje, sino también como documento cultural de cómo ciertos actores del crimen organizado eligen ser representados públicamente.

“En su brazo trae marcado
el apodo que le dieron
muchas gracias a mi amigo
se nos fue pero ni pedo
aquí andamos todavía
haciendo lo que sabemos.
Una de tantas acciones
fue la de Parral, Chihuahua
por órdenes del señor
hasta las rejas entraba
por un preso me mandaron
lo saqué a punta de balas.
Cómo pasaron los tiempos
me moví para otro lado
estado de Sinaloa
estaba recién llegado
luego me puse a la orden
ya era gente del Venado.
Arriba de una artillada
y empotrado un cincuentón
de La Rosca a Culiacán
ando cuidando a un barbón
no doy clave ni el apodo
pues no quiere quemazón.
Jalar el gatillo es fácil
pero se ocupan huevitos
que no te tiemble la mano
toparte a los enemigos
a como tiras te tiran
tienes que ser muy preciso.
A la hora que se ocupe
en un dos por tres bien listo
no ocupo de mucha gente
nomás de mis juguetitos
mi cuerno porta hay granadas
sepan soy El Lagartijo”.
En La historia secreta, Hernández consigna los dichos de “El Lagartijo”, quien confirma haber sido parte de Gente Nueva, escolta del jefe narco Noel Salgueiro, y luego operador en Sinaloa bajo órdenes de Martín Villa y Alejandrina Gómez, vinculados al círculo de Emma Coronel.

Relató a la periodista su participación directa en el narcotráfico de fentanilo, el montaje de laboratorios y el contacto con compradores estadounidenses, incluyendo afroamericanos y dominicanos. Dijo haber presenciado varias sobredosis en su propia casa de seguridad: “¡Cómo se me iba a morir un ciudadano americano ahí en la casa!”, confesó.
También ofreció detalles del fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán en octubre de 2019 que desencadenó el llamado Culiacanazo. Aseguró que recibió instrucciones para rescatarlo, pero que no logró llegar al lugar por los bloqueos. En medio del caos, otro mando, Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, dio la orden de atacar a las familias de militares: “¡Levanten a todos los guachitos que tengan ubicados!”. El Lagartijo expresó su desacuerdo, pero obedeció: “A mí no me gusta eso de meterse con la familia, eso no”.
El testimonio no se limita al relato de acciones armadas. Incluye revelaciones sobre la estructura de protección política del cártel, sus vínculos con autoridades federales, y la existencia de una “nómina paralela” que incluía policías estatales y operadores gubernamentales.
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