Porsche no está pasando por su mejor momento. Considerado como uno de los fabricantes de automóviles más rentables del mundo en términos porcentuales, la marca alemana de deportivos y coches de lujo se enfrenta a una grave caída de ventas, aranceles disparados y una cada vez más notable competencia en el mercado eléctrico Chino. Incluso se informa que está retrasando la llegada de una nueva ola de productos eléctricos, incluyendo los sustitutos de los 718 Boxster y Cayman, y un esperado SUV de tres filas. ¿A qué se debe la situación actual? Según un nuevo informe publicado por Automotive News, la estrategia de electrificación excesivamente agresiva e inflexible de la compañía es la culpable.
El informe cita a Fabio Hölscher, analista de Warburg Research, quien afirma que el objetivo de Porsche de alcanzar el 80% de la electrificación mundial para 2030 es la raíz de sus problemas. A principios de la década presente los alemanes decidieron apostar por lo eléctrico. El Taycan fue el primero de la lista. La berlina se convirtió en un éxito mucho mayor al esperado, lo que alimentó las bases del proyecto. Sin embargo, el rápido crecimiento ha chocado con una asombrosa caída. Las ventas se han reducido considerablemente. El CEO del Grupo Volkswagen ya ha reconocido que dada la situación los objetivos eléctricos ya no son rentables.
Porsche debe buscar la flexibilidad para mantener las ventas globales
Según cita el informe, “debido a que la adopción de vehículos eléctricos va con retraso (se venden menos coches eléctricos de los esperados), Porsche ahora tiene que desarrollar modelos de combustión adicionales además de lidiar con los costosos retrasos en la puesta en marcha de los vehículos eléctricos, así como gestionar la débil situación en China y la incertidumbre en torno a las exportaciones estadounidenses”, dijo Hölscher a Automotive News. Los efectos de la crisis ya se han hecho notar. Porsche ha eliminado 3.900 puestos de trabajo en sus instalaciones alemanas alegando un retraso en la aceleración de la electromovilidad. Ahora, sus objetivos de ingresos para 2025 se han reducido en unos 2.000 millones de euros, por no mencionar que otros 8.000 empleos adicionales están en riesgo, según la publicación alemana Automobilwoche.
Los analistas aseguran que si la marca hubiera adoptado un enfoque más conservador y flexible no estaría viviendo la situación en la que se encuentra. Hoy más que nunca, muchas marcas se han dado cuenta de ello, es necesario ser flexibles. El ejemplo más claro es BMW. Los de Múnich han sabido adaptarse rápidamente a cada paso del camino y a cada variación del mercado. Siguen vendiendo, desarrollando y fabricando coches eléctricos, pero no han abandonado otras mecánicas que, al menos por ahora, siguen siendo necesarias en términos de venta e ingresos. Mercedes también ha tenido que corregir su rumbo, apostando por la flexibilidad, más cara, como única vía de supervivencia hasta que el coche eléctrico se convierta en la opción única.
Por si la menguante demanda de vehículos eléctricos no fuera suficiente, también existe una fuerte competencia procedente de China. Las ventas de Porsche en el primer trimestre cayeron un 42% en comparación con el mismo periodo del año anterior, y se especula que podría llegar a abandonar el mercado chino por completo, tal y como ha reconocido el propio director ejecutivo de la marca. Al mismo tiempo, el mercado chino de vehículos eléctricos de alto rendimiento ha experimentado un auge, con coches como el Xiaomi SU7 Ultra y el Yangwang U9 que ofrecen una potencia de cuatro dígitos y tecnología de suspensión activa a precios relativamente asequibles.
Deja una respuesta