Las nuevas tecnologías se perfeccionan y cada vez muestran mayores y mejores capacidades para ayudar en diversas áreas del conocimiento en nuestro planeta, y mucho más allá. Esto se hace muy evidente en la carrera espacial, que ahora se sale de control, y muy pronto tendrá el GPS de Google Maps en la Luna.
Las nuevas tecnologías apoyan la conquista de la Luna
El deseo de indagar qué es lo que hay y cómo es el espacio más allá de nuestra frontera terrestre, ha acompañado a muchos seres humanos desde los inicios de la civilización. Ese es un interés que se ha mantenido a lo largo del tiempo y llevó a la fabricación de herramientas de observación cada vez mejores.
Y en las últimas décadas se han desarrollado numerosas tecnologías, que pueden ser usadas en la carrera espacial. Entre ellas se encuentran los GNSS, o Sistemas de Posicionamiento Global, como el Galileo, perteneciente a la UE, o el GPS de Estados Unidos, que serán muy útiles en la conquista de otros mundos.
Los sistemas de posicionamiento global salen de la Tierra
Recientemente, la carrera espacial ha tenido un logro de gran importancia para su desarrollo, se trata de la recepción de señales del Sistema de Posicionamiento Global por primera vez en la superficie de la Luna. Esto constituye un gran avance que va a permitir que las futuras misiones espaciales sean más autosuficientes.
En un trabajo conjunto entre la NASA y la Agencia Espacial Italiana se realizó el desarrollo del Experimento de Receptor GNSS Lunar (LuGRE, por sus siglas en inglés). Esta es una herramienta que se especializa en recibir y buscar señales provenientes del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS).
Esa es una tecnología que emplea una red de satélites para obtener coordenadas de ubicación, entre las cuales se incluyen el GPS y el Galileo. El LuGRE fue transportado a nuestro satélite a través de un módulo de la misión Blue Ghost que llegó a su destino el día 2 de marzo de 2025, para comenzar con sus labores de recepción.
Lo que resultó ser un éxito total, pues logró captar y dar seguimiento a las señales emitidas por el GPS desde una distancia de unos 360 000 kilómetros. Esta es una hazaña única, que supera por mucho a la que ya había realizado la NASA en 2019, y que se mantendrá en funcionamiento a lo largo de 14 días.
Durante ese tiempo se espera que pueda detectar cualquier tipo de falla, que permitirá tomar las medidas correctivas que se necesiten, para que otras agencias espaciales puedan disponer de esta tecnología. Este es un adelanto muy valioso porque significa que no hay que crear un GPS especial para la Luna.
El GPS da un impulso a la carrera espacial
El hecho de que el LuGRE fuera capaz de recibir la señal de GPS va a abrir las puertas hacia una nueva manera de viajar por el espacio (aunque con la llamada brújula cuántica tendrá competencia). Pues para llegar a la Luna había que emplear sistemas de búsqueda muy complicados que podían generar equivocaciones.
Además, el uso de los GNSS existentes va a reducir los costos de las operaciones espaciales porque no hay que construir un nuevo equipo satelital, y reduce el uso de estaciones terrestres. Además, brinda seguridad a las naves y sus tripulantes, porque los vehículos van a contar con datos de aterrizaje más precisos.
En definitiva, el desarrollo del Experimento de Receptor GNSS Lunar (LuGRE) que permite detectar las señales de GPS y de Galileo en la Luna, es una herramienta de gran utilidad para el desarrollo de la carrera espacial. Porque porta datos más precisos para los aterrizajes (será muy útil para guiar a la flota secreta de Musk).
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