Escribir sobre el DCP es recorrer el camino del celuloide al digital. Este no tan conocido y misterioso «paquete digital» es el que hace posible ver una película en la gran pantalla de una sala de cine moderna. Si has asistido a una sala de cine en los últimos años veinte años, lo más normal es que no hayas visto la película en celuloide de 35 mm, ni tampoco un simple archivo de video reproducido desde un ordenador, sino un formato estandarizado que lleva nombre y apellidos: Digital Cinema Package, o simplemente, DCP.
A pesar de ser el motor (silencioso) detrás de toda proyección profesional, el DCP sigue siendo un gran desconocido fuera del mundo técnico del cine. En este reportaje te contamos qué es exactamente, cómo funciona y por qué es una pieza clave en la evolución del séptimo arte.
¿Qué es un DCP?
Un Digital Cinema Package (DCP) es un conjunto de archivos digitales diseñados especialmente para almacenar y proyectar películas en salas de cine digital. A diferencia de los formatos caseros (como un MP4 o MOV), un DCP no es un solo archivo, sino un sistema estructurado que contiene video, audio, subtítulos y metadatos, todo preparado bajo estrictas especificaciones para garantizar una experiencia cinematográfica de altísima calidad.

El DCP es el equivalente moderno del carrete de película de 35 mm, pero con una ventaja crucial: ofrece calidad de imagen y sonido superior, resistencia a la degradación y la posibilidad de distribución global instantánea.
Podríamos hablar mucho más de todos y cada uno de los componentes técnicos, pero en esta ocasión vamos a mostrar un resumen de sus principales características y funciones.
¿Quién inventó el DCP?
El DCP nació como una solución industrial a principios de 2002, cuando los principales estudios de Hollywood, a saber: Disney, Fox, Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount Pictures, Sony Pictures Entertainment, Universal Studios y Warner Bros Studios, formaron el consorcio Digital Cinema Initiatives (DCI). El objetivo era claro: crear un estándar digital único que reemplazara el costoso, irregular y limitado sistema de proyección fotoquímico. O dicho en otras palabras, la meta principal de estas empresas era y es establecer especificaciones uniformes para la exhibición de cine digital en salas comerciales.
Desde entonces, el DCP se ha convertido en la norma internacional para exhibiciones cinematográficas, homologado por miles de salas en todo el mundo.
Un poco de historia y un poco de nostalgia
‘Star Wars Episodio I’ y ‘Un Marido Ideal’ fueron las primeras películas estrenadas en formato digital en junio de 1999. Star Wars Episodio I se proyectó en cuatro sistemas digitales: dos en Los Ángeles y dos en Nueva York. Para las demostraciones de Star Wars se utilizaron dos proyectores JVC D-ILA-12K y dos prototipos de proyectores DLP-Cinema de Texas Instruments.
En julio de 2001, se marcó un hito en el cine digital con el estreno digital de ‘Parque Jurásico III’ en Los Ángeles. Par esta exhibición, se la película se comprimió con una versión de MPEG 2, desarrollada para aplicaciones de cine digital por Grass Valley Group. Unas semanas más tarde, se realizó otra presentación en MPEG 2 en Nueva York para ‘El Planeta de los Simios’ de Tim Burton, esta vez utilizando un servidor de cine digital Avica.
En mayo de 2002, se alcanzó otro hito en el cine digital con el estreno digital de ‘Star Wars: Episodio II’. La recomendación de Lucas Film de verla en formato digital hizo que la estrategia funcionara parcialmente y las salas con proyección digital aumentaron a 100 en todo el mundo. No dio para más, pero generó expectativas para la proyección digital, y el DCI se formó justo en ese momento oportuno.
¡Qué tiempos aquellos y qué nostalgia! Me acuerdo de haber ido a Kinépolis Madrid a ver un pase digital del Episodio II… hace ya la friolera de veintitrés años… ¡casi nada!
En julio de 2005 DCI publicó su primer documento oficial con las especificaciones del DCP y ese mismo año, y sobre todo en 2006, se empezaron a distribuir de manera lenta los primeros DCPs de películas comerciales. No está claro qué largometraje fue el primero pero la librería del Congreso de los EE.UU cita a ‘Aquamarine‘ como una de las primeras si no la primera.
¿Qué contiene un DCP?
Un DCP es, exactamente lo que indican sus siglas, un contenedor de ficheros distribuidos en un sistema de carpetas determinado; un paquete de ficheros. Se puede meter en un disco SSD o en un disco duro HDD y hacer la ingesta desde ahí al servidor de la sala de cine.

Sin ánimo de ser exahustivos, dentro del DCP encontraremos:
– Archivos MXF (Material eXchange Format): contienen el vídeo (con el códec de compresión video JPEG 2000) y el audio (PCM sin comprimir).
– Archivos XML: metadatos que indican cómo debe reproducirse el contenido. Entre ellos, destacan:
- Composition Playlist (CPL): define la estructura de la película.
- Packing List (PKL): lista y verifica todos los archivos del paquete.
- Asset Map: describe la ubicación de los archivos en el disco.
- Volume Index: útil si el DCP se reparte en varios volúmenes físicos.
Todo este sistema es lo que permite una reproducción sincronizada, segura y conforme con los estándares globales del DCI.
Características técnicas clave
Hablando de resolución y relaciones de aspecto, hay dos grandes variantes:
- 2K (2048×1080) en ratio 1,90; pero también existen otras versiones con otros ratios y resoluciones como el Flat (1.85:1), Scope (2.39:1). El 2K sigue siendo el estándar en la mayoría de salas de todo el mundo.
- 4K (4096×2160) en ratio 1,90; también aplica aquí exactamente igual las combinaciones de ratio y resoluciones anteriores. El 4K, aunque creciente, sigue estando reservado para pantallas de salas premium.
El video está codificado en el codec JPEG 2000 a 12 bits, con el espacio de color P3 que es el equivalente mejorado a la representación fotoquímica de los colores representados en el celuloide. Con un bitrate entre 250 y 500 Mbits por segundo, es visualmente un códec sin pérdidas aunque técnicamente las tiene.
Con el audio, ya dedicamos algunos reportajes al respecto del sonido en salas de cine. La base es un sonido multicanal 5.1 o 7.1 sin comprimir, es decir, ficheros digitales WAV PCM a 24 bits y 48 Khz de frecuencia de muestreo aunque puede llegar hasta 96 Khz. La reproducción de sonido puede incluir formatos inmersivos como Dolby Atmos.
Si es el caso, el Atmos está contenido en un MXF con toda la metadata necesaria para que el procesador Dolby de la sala reproduzca y adapte la mezcla inmersiva a la configuración de altavoces de la sala en concreto.
¿Cómo se crea un DCP?

Convertir una película a DCP requiere software especializado como DCP-o-matic, EasyDCP, FinalDCP o herramientas profesionales de postproducción. El proceso incluye:
- Convertir video y audio a los estándares exigidos.
- Codificar imagen en JPEG 2000 con el modelo de color XYZ para exhibir en un espacio P3.
- Generar los archivos de metadatos XML.
- Añadir la seguridad necesaria con un cifrado AES y el uso de KDM (Key Delivery Message) para controlar el acceso al DCP. Un archivo KDM permite reproducir un DCP solo en un proyector específico y dentro de fechas determinadas, lo cual es fundamental para las producciones de los grandes estudios en su lucha contra la piratería.
Por último, es necesario un control de calidad para validar el DCP definitivamente. O lo que es lo mismo, probarlo en el servidor de una sala de cine.
¿Qué tipos de DCP existen?
Existen dos tipos de DCP:
- Interop DCP: es el estándar más antiguo y ahora está en desuso. Entre otras cuestiones porque solo permitía reproducir contenido a 24 fps (o 48 fps).
- SMPTE DCP: el más usado hoy en día con soporte para nuevos estándares, como HDR para salas, y otras frecuencias de imágenes por segundo.
Ventajas frente a la exhibición en fotoquímico
Respecto al formato fotoquímico, el DCP ofrece muchas ventajas:
- Calidad constante: esta característica quizás sea la más relevante para los aficionados, ya que no hay ningún desgaste físico para el video ni audio. Da igual si es un estreno o si es el pase número 215 después de un mes de exhibición.
- Distribución rápida y segura: incluso por Internet, aunque evidentemente no se usa Drobpox para enviarlo.
- Control total sobre la reproducción: subtítulos, creación de listas de reproducción, control del aspect ratio y un largo etcétera.
- Compatibilidad global entre cines de distintas empresas.
Además, un solo DCP puede contener múltiples versiones de una película (idiomas, subtítulos, trailers), simplificando la logística internacional.
Conclusiones

Sin DCP, no hay cine moderno desde hace veinte años. Este formato ha sido crucial para reconvertir la distribución cinematográfica, permitiendo que tanto superproducciones como cortos independientes, por ejemplo, se proyecten con calidad profesional en cualquier parte del mundo. También ha reducido drásticamente los costos de transporte y copiado físico, beneficiando a festivales, distribuidores y salas por igual.
La reconversión del celuloide a digital fue dura para los exhibidores, con un desembolso económico tremendo. Antes, salvo por las bombillas, un proyector fotoquímico era para toda la vida prácticamente y la industria llevaba estancada en ese rendimiento décadas. La primera reconversión al digital sucedió en la exhibición, luego en la postproducción y por último en las captación con cámaras de cinematografía digital avanzadas.
En resumen, aunque pocas veces se menciona fuera del entorno técnico, el DCP es el héroe oculto del cine digital. Es la herramienta que hace posible que una película viaje de un estudio de postproducción en Londres a una sala en Bogotá o Tokio en cuestión de minutos, sin perder ni un solo pixel de calidad.
Así que la próxima vez que te sientes frente a una pantalla de cine, recuerda: lo que estás viendo no es un simple video… es el resultado de una ingeniería precisa, contenida en un Digital Cinema Package.
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