La desaparición y posterior muerte de Elisa Lam en febrero de 2013, en el tristemente célebre Hotel Cecil de Los Ángeles, es uno de los casos más enigmáticos y perturbadores de los últimos años. La canadiense era una estudiante de 21 años que se encontraba de viaje por la costa oeste de Estados Unidos. Se había registrado el 26 de enero, pero su plan era continuar su viaje hacia Santa Cruz.
Sin embargo, el 31 de enero, Lam desapareció sin dejar rastro, lo que llevó a sus padres a denunciar su desaparición y a la policía a iniciar una búsqueda intensiva. Lo que hizo que este caso capturara la atención mundial fue un video de vigilancia publicado por la policía de Los Ángeles el 13 de febrero.
En las imágenes, tomadas de uno de los ascensores del hotel, se ve a Elisa Lam actuando de manera extremadamente errática. Entra y sale del ascensor repetidamente, habla y gesticula en el pasillo como si interactuara con alguien (aunque no se ve a nadie más), e incluso parece intentar esconderse dentro del ascensor. El comportamiento de Lam en el video es tan peculiar que generó un sinfín de teorías, desde actividad paranormal hasta un posible episodio psicótico.

¿Qué pasó con Elisa Lam en el hotel Cecil?
La búsqueda de Elisa Lam terminó de la manera más macabra posible el 19 de febrero. Huéspedes del hotel habían comenzado a quejarse de la baja presión del agua y de un sabor extraño en ella. Cuando un empleado de mantenimiento fue a revisar los tanques de agua en la azotea del hotel, encontró el cuerpo desnudo de Elisa Lam flotando dentro de uno de los cuatro grandes tanques.
La autopsia realizada al cuerpo de Elisa Lam no reveló signos de trauma físico o agresión sexual, y la causa oficial de la muerte se determinó como ahogamiento accidental. Aunque se encontraron pequeñas cantidades de varios medicamentos recetados en su sistema, ninguno fue considerado contributivo a su fallecimiento. Se sabía que Lam tenía un historial de trastorno bipolar y depresión, lo que llevó a la teoría de que pudo haber experimentado un episodio maníaco-depresivo que la llevó a la azotea, cayendo al agua.
Morbid, uno de los grandes afectados por el caso
A lo largo del caso hubo una acusación infundada que recayó sobre Pablo C. Vergara, un músico de death metal mexicano conocido artísticamente como “Morbid“. Los llamados “detectives de internet” lo señalaron erróneamente basándose en la coincidencia de que él había filmado videos en el Hotel Cecil, aunque fue un año antes de la desaparición de Lam.

Además, el contenido de su música, que a menudo exploraba temas oscuros y la muerte, fue malinterpretado como una conexión siniestra con el caso, llegando incluso a señalar una canción suya que mencionaba un ahogamiento. Esto no tuvo ningún sustento una vez que se comenzaron las investigaciones, pero afectaron cruelmente al músico.
Las acusaciones contra “Morbid” son un claro ejemplo del peligro de las investigaciones amateur en línea. A pesar de que las autoridades nunca lo consideraron sospechoso, ni hubo evidencia alguna que lo vinculara con la muerte de Elisa Lam, las falsas imputaciones tuvieron consecuencias devastadoras para su vida personal y profesional, provocándole acoso en las redes, incluso varias amenazas.
¿Qué fue de Morbid?
Pablo C. Vergara es un artista multifacético que trabaja como músico, cineasta y autor. Hay varios lugares donde puedes apreciar tanto su arte como su vida personal en el día a día, principalmente en las redes sociales como Instagram, ahí puedes explorar por completo su mundo.

En la plataforma Bandcamp están disponibles los múltiples discos que ha sacado o en los que ha participado. En gofoundme, además, puedes apoyarlo monetariamente con diversas cantidades para que pueda seguir produciendo películas, entre otros proyectos, especialmente los musicales, así como su película “NECROMURDER: A Black Metal Story“, misma que será estrenada en septiembre de 2025 en España.
Ahí aparece una descripción donde cuenta su historia:
“Fui víctima de una terrible cacería de brujas en internet y ciberacoso que me hizo perder todos mis negocios y mi pasión por la música. Hace algunos años, dejé la guitarra y me convertí en cineasta y actor. Además de ganar algunos premios y tener algo de éxito, me he sentido muy triste y frustrado por no haber podido convertirme plenamente en la estrella de rock que estaba destinado a ser. Siempre me he sentido roto e incompleto”
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