“Una imagen creada por inteligencia artificial puede violar derechos de autor y derechos de imagen como cualquier otra. Las obras creadas con inteligencia artificial son obras derivadas y necesitan autorización del titular de la obra original”, apuntó Santiago Zubikarai, socio de Basham, Ring y Correa y experto en el tema.
Aunque la IA es una prioridad en la discusión pública, México todavía no cuenta con una legislación específica para regular su impacto en derechos de autor. Existen iniciativas dispersas en el Congreso, pero ninguna ha alcanzado consenso político.
Actualmente, se usan principios de leyes ya vigentes como la Ley Federal del Derecho de Autor, la Ley Federal de Protección al Consumidor -para exigir transparencia en publicidad hecha con IA- y regulación sobre protección de datos personales, en caso de que se usen datos sensibles.
Otro camino que ya emprendieron las empresas en México es el de la autorregulación, pues de acuerdo con Castañeda y Zubikarai, empresas mexicanas en medios, agencias de publicidad, e-commerce y educación están comenzando a implementar códigos internos de uso de IA, revisando términos de las plataformas y capacitando a sus equipos legales y creativos en gestión de riesgos.
“Hay un enorme interés por regularlo adecuadamente, pero todavía falta para que se traduzca en alguna propuesta legislativa seria”, precisó Castañeda.
La relevancia de este tema es que está surgiendo una nueva economía de bases de datos autorizadas para entrenar IA, licencias de uso de obra creativa para machine learning, y servicios de auditoría de datasets para comprobar que las IA no infringen derechos, pero ambos coinciden en que aún hay un trecho amplio por recorrer en el país.
“El principal reto es que los departamentos legales necesitan tener conciencia técnica sobre cómo se genera una imagen, un video o un contenido mediante IA”, apuntó Zubikarai.
Hoy, las empresas tanto en México como a nivel global, enfrentan un dilema crítico: cómo aprovechar el potencial de la inteligencia artificial sin violar derechos de terceros ni exponerse a costosos litigios. La falta de una regulación clara incrementa la importancia de la autorregulación interna, la transparencia hacia los consumidores, y el cuidado extremo en el uso de contenidos para entrenar o producir outputs de IA.
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