La tormenta solar del 31 de mayo de 2025 no provocó afectaciones importantes porque no alcanzó el nivel más alto de intensidad. De acuerdo con el Dr. Pedro Corona Romero, investigador del Instituto de Geofísica, Unidad Michoacán, en la escala de índices geomagnéticos —utilizada por especialistas para medir la magnitud de estos fenómenos—, el evento se mantuvo en el nivel G3, considerado moderado, y no llegó a G5, que es el grado más alto.

En el Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE) de la UNAM, explicó el académico universitario, dimos seguimiento del evento. “Sus características no lo hacen de relevancia para cuestiones de seguridad nacional, sino simplemente es por cuestiones científicas”.
Es decir, aunque hubo una perturbación en el campo magnético de la Tierra, no fue peligrosa ni representó un riesgo para las tecnologías actuales. Incluso si hubiera alcanzado un nivel G4, la afectación habría sido controlable, añadió.
Las llamadas tormentas geomagnéticas de magnitud G3 —como la de inicios de junio— ocurren en promedio unas 20 veces al año, mientras que las tormentas de tipo G4 son menos frecuentes, y las de tipo G5 se presentan alrededor de cuatro veces por década, en promedio.
Tormentas fuertes
El 2 de mayo de 2024 ocurrió una tormenta geomagnética particularmente intensa, que alcanzó el nivel G5. A diferencia de la más reciente, esta sí generó afectaciones tecnológicas en distintas partes del mundo. “Fue la más intensa que hemos tenido en los últimos 20 años”, señaló Corona Romero.
Además, en octubre de 2024 hubo otra tormenta que alcanzó el nivel G4, también con efectos visibles en la tecnología terrestre.
Un caso muy reconocido fue el 13 de marzo de 1989, cuando ocurrió una tormenta solar tan severa que causó un apagón de nueve horas en el sistema de transmisión eléctrica en Hydro-Quebec, en Canadá.
El ejemplo más relevante ocurrió en 1859, llamado evento Carrington, que provocó intensas auroras que se reportaron en todo el mundo y causó chispazos e incluso incendios en estaciones telegráficas, aún cuando los aparatos estaban desconectados.
¿Qué son las tormentas solares y geomagnéticas?
Una tormenta solar es la expulsión de materia y campo magnético que formaban parte de la atmósfera solar, y su velocidad es desde 200 km/s hasta 3000 km/s, destacó Pedro Corona. De tal suerte que las tormentas solares más veloces llegan a la Tierra entre 1 día o día y medio después de ser expulsadas.
Tienen una forma geométrica parecida a un “cuernito” o croissant, y se expanden hasta alcanzar tamaños mucho mayores al del Sol. A veces su trayectoria coincide con la órbita de la Tierra, y otras veces no.
Actualmente, una red de satélites artificiales observa continuamente al Sol. Gracias a estos instrumentos, es posible detectar si una tormenta solar se dirige hacia la Tierra.
Cuando el campo magnético de una tormenta solar interactúa con el campo magnético terrestre produce un debilitamiento del campo magnético de la Tierra; a este proceso se llama tormenta geomagnética. Las tormentas geomagnéticas tienen asociados una serie de fenómenos naturales a nivel de subsuelo, en los océanos o en las partes altas de la atmósfera, en la región de la ionosfera.
Cuando una tormenta geomagnética alcanza la intensidad suficiente (G5), puede interactuar fuertemente con el campo magnético terrestre, que es el escudo natural que nos protege de la radiación y partículas del espacio exterior. Además, este campo es clave para funciones tan básicas como la orientación con brújula.
Las tormentas geomagnéticas provocan un debilitamiento a escala planetaria del campo magnético terrestre. De hecho, esto puede afectar el funcionamiento o, incluso, inhabilitar tecnologías importantes como servicios satelitales, distribución y generación de electricidad, sistemas de posicionamiento global, telecomunicaciones, internet, etc. Pero en la tormenta de mayo-junio no así de severo ni grave.
Por lo regular, las tormentas geomagnéticas clase G3, o menores, no representan riesgos significativos a estos servicios de los que ahora depende la sociedad, concluyó.
Deja una respuesta