Parece que muy pronto llegaremos a Marte. Si te sorprendiste con el motor que traga asteroides, te contamos que ahora llega el motor que quema agua, así es, solo necesita una gota de agua y podría cambiar la historia de los viajes espaciales.
El gran desafío de la NASA
Sabemos que los combustibles siempre han sido un tema muy polémico, sobre todo cuando se trata de coches o camiones, pues hay demasiada competencia y discordia entre cual realmente es el mejor combustible.
Pero en realidad, este problema va mucho más allá de lo que creíamos, pues también afecta a la NASA, donde por mucho tiempo han intentado crear motores que puedan ser eficientes y llegar a altas velocidades pero sin depender de un combustible y costoso.
Además, no es lo mismo recargar un coche en una estación de carga, que recargar un cohete en medio del espacio. Por supuesto esto ultimo no se puede, por lo cual la NASA se ve obligada a hacer viajes más cortos para que el motor no quede sin combustible.
Pero ahora, esta situación podría cambiar, pues han creado un motor muy diferente, que no necesita enormes cantidades de combustible para funcionar, sino que solo necesita una gota de agua, pero ¿Cómo es esto posible?
Solo basta una gota de agua
Sucede que la empresa Miles Space ha creado un propulsor eléctrico que funciona con agua y lo ha optimizado usando inteligencia artificial. El propulsor funciona con vapor de agua a niveles de potencia tan bajos que parece imposible.
Wesley Faler, el director de tecnología definió los parámetros la cámara de reacción, la ubicación de las entradas, el voltaje de salida y la sincronización. “Salían datos de empuje y de consumo de combustible”, dijo Faler. “
«Yo decidía qué puntos de datos eran mejores y el sistema usaba una red neuronal para comprender mis respuestas. Luego, usaba esa red neuronal entrenada para ejecutar simulaciones cuando yo no estaba presente” añadió.
Y a pesar de que estas tecnologías no están al nivel actual de la inteligencia artificial, han permitido crear un propulsor muy eficiente. De hecho, se le realizaron pruebas en septiembre del año pasado y los resultados fueron un éxito.
El propulsor demostró ser efectivo para el descenso desde la órbita terrestre baja. A pesar de que mide solo 10 centímetros, generó un empuje de 37,5 mili-newtons durante cinco minutos y tuvo un impulso específico de 4 800 segundos, usando 1,5 vatios de potencia.
Agua: el combustible del futuro
Una de las grandes ventajas de esta tecnología es que el agua es un recurso casi ilimitado. Una vez obtenida, el agua puede descomponerse en oxígeno e hidrógeno, siendo este último un combustible eficiente y sostenible.
El utilizar agua, permitirá ahorrar una gran cantidad de dinero en combustible, al mismo tiempo que se simplifican enormemente los viajes espaciales, sin la necesidad de tener que volver constantemente a la tierra para recargar.
Además, la versatilidad del motor, le permite ser utilizado en diversas aplicaciones espaciales como la exploración en órbita baja y la propulsión de satélites, lo convierte en una herramienta valiosa y adaptable para la industria espacial ¿No es asombroso?
Por supuesto que aún quedan muchos desafíos, pero este avance podría ser el gran paso para revolucionar los viajes espaciales e incluso llevarnos a Marte, abriendo la puerta a grandes investigaciones y descubrimientos antes jamás pensados.
Por otro lado, esta tecnología nos demuestra la diversidad de aplicaciones que tiene el hidrógeno y que su uso como combustible, puede ser un aporte en muchas áreas, no solo para los clásicos coches sino incluso para los cohetes aeroespaciales. De hecho, los motores de hidrógeno se están incluyendo cada vez en más transportes, como este impresionante tren.
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