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Periódico La Jornada
Viernes 30 de mayo de 2025, p. 9
Mannheim. ¿Y si el cine no fuese solo
un lugar para ver películas? Algunas salas de cine de Alemania se están convirtiendo en modernos lugares de encuentro donde por ejemplo se puede tejer, ir con bebés o tomar café y pastel… además de ver una película.
Una de las grandes tendencias que han descubierto los operadores de salas en toda Alemania son los eventos de punto. En Berlín, por ejemplo, el Club de Manualidades en el Cine Yorck combina cada seis semanas el entusiasmo por tejer con el amor por las películas clásicas. Siempre se agotan las entradas
, afirma Christian Bräuer, director general del grupo de cines Yorck.
El público es predominantemente femenino, pero con una colorida mezcla de edades: ancianas se sientan junto a mujeres jóvenes. Y las películas suelen ser clásicos o cintas románticas no muy complejas que permitan hacer dos actividades a la vez. La gente entabla conversaciones informales.
Un lugar de encuentro, tejer es relajante, afirma Eike Wenzel, investigadora de tendencias de Heidelberg, al igual que ver películas. Durante la pandemia de covid, muchos jóvenes descubrieron el placer de tejer, y no les gusta quedarse solos en casa con su afición.
Por eso se organizan para reunirse en actos que se comparten a través de las redes sociales, explica Angela Probst-Bajak, portavoz de la iniciativa Handarbeit (Manualidades). El cine combinado con el tejido de punto ofrece la oportunidad de intercambiar ideas y también de aprender algo nuevo. Servicios de streaming como Netflix y similares pueden ser un rival cinematográfico del cine, pero no pueden sustituir la necesidad de compartir experiencias, subraya la asociación alemana de cine HDF Kino.
Cine para niños pequeños y también para perros. Hay salas de distintas ciudades germanas que sirven café y tarta.
Bräuer, de Yorck, señala que el cine es más que ver películas: es una experiencia comunitaria
.
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