
▲ Fotogramas de Say Goodbye, dirigido por Paloma López Carrillo, cuyas tomas extendidas buscan capturar el estado emocional de quienes viven la incertidumbre de la soledad.
Juan José Olivares
Periódico La Jornada
Martes 27 de mayo de 2025, p. 8
Paloma López Carrillo ha sido editora de varios filmes mexicanos reconocidos en la actualidad.
Soltó el miedo para dirigir que la perseguía desde que estudió montaje cinematográfico en Barcelona por la necesidad de volar y de encontrarse con un tema familiar sobre la pérdida, que le hicieron tomar las riendas de su primer largometraje: Say Goodbye, documental de esencia etérea que aborda el duelo, la soledad y el silencio.
Say Goodbye, que tendrá su estreno en el Festival Internacional de Cine de la UNAM (Ficunam) –el cual comienza el jueves y concluye el 5 de junio en la Ciudad de México–, navega entre lo personal y lo universal, anota Paloma. El dolor del duelo se refleja en un bello paisaje, contrastando con las emociones contenidas de su familia.
En esta película se explora no sólo el proceso íntimo y constante de sanar, sino también el desafío de aprender a habitar el vacío que deja la ausencia. Rosa, Sol y Javier, tía, prima y primo de Paloma, respectivamente, son los protagonistas que representan tres rostros distintos de la pérdida, iluminados por otro actor silencioso: la vastedad de las montañas de Utah, Estados Unidos.
La cámara y sus extendidas tomas buscan capturar la curiosidad del rencuentro, el estado emocional de quienes siguen viviendo la incertidumbre de la soledad. Es una cámara distante como la presencia etérea de un observador que, después de muchos años, vuelve para reconocer a sus seres queridos desde una perspectiva lejana, pero al mismo tiempo íntima y cargada de emotividad
.
Bajo montañas nevadas, una familia reconfigura su vida y el vacío, habitual acompañante.
Si bien la pérdida es esencial en la historia, dice Paloma López Carrillo a La Jornada, “también habla de la falta de conexión humana. Incluso hasta de inteligencia emocional o salud mental, porque es verdad que nosotros cargamos temas que ni nos enteramos porque no se hablan, cosas que a veces uno quisiera evitar, pero que siguen ahí, permanentemente presentes.
“Mi objetivo fue envolver al espectador en una experiencia sensorial y emocional, donde la presencia, el tiempo, el silencio y las emociones –tanto las expresadas como las silenciadas– juegan un papel esencial para establecer un vínculo con el presente de los personajes, todo ello enmarcado por la belleza dolorosa del entorno y la escasa conexión humana de su contexto.”
Ahora que el filme ve la luz, la directora guarda dos sentimientos: uno liberador
y otro con el que no se siente tan cómoda, como es exponer “fibras sensibles. Sin embargo, ahora es el momento en el que la película puede ayudar a resolver emocionalmente cosas para mí y mi familia, y, espero, para el espectador
.
Para hacer Say Goodbye necesitó un equipo pequeño: sólo tres personas (fotógrafo, sonidista y directora). Algo mágico fue que todos los participantes de la película se convirtieron en aliados creativos, aportando ideas o creando situaciones que no se tenían contempladas, pero que se convirtieron en pilares para la construcción de la historia
.
Esta decisión ayudó a crear la intimidad y esa atmósfera solitaria que expresa la falta de conexión humana; la presencia de la ausencia, que se puede observar en cada plano. Quisimos abordar un ritmo pausado, lento, que finalmente va construyendo la soledad
.
Para la realizadora era importante ofrecer planos largos porque quien está viendo a los personajes es mi tío como una presencia espiritual que reconoce a su familia después de todos estos años haciendo esa conexión metafísica
.
Paloma López Carrillo estudió montaje cinematográfico en Barcelona, España. Comenzó su carrera como asistente de edición y posteriormente como editora. Obtuvo el premio Ariel a Mejor Edición por la película La jaula de oro.
No obstante, la edición la estaba agotando y, al mismo tiempo, el miedo a dirigir se esfumaba. Siento ahora confianza tras haber editado muchas películas durante años. La verdad, dirigir fue una experiencia mucho más divertida que editar. Editar el material de otras personas a mí se me hace un poco más limitante y ahorita podía hacer lo que quería, y eso fue muy revelador
.
Y sí, obviamente tienes presiones y dudas, y miedos e inseguridades, pero creo que esta película me llevó a la libertad y al goce creativo más que al estrés. Al principio cuando editaba siempre me conectaba más con la ansiedad, entre otras emociones; ahora fue más libre
.
La productora del documental es Abril López Carrillo; el director de fotografía, J. Daniel Zuñiga; la editora, Paloma López Carrillo; el sonido directo fue de Adrià Campmany Buisán; el diseño sonoro de Javier Umpierrez, y la supervisión musical de Javier Nuño.
Deja una respuesta