Advertisement

Sheinbaum rechazó una propuesta de Trump sobre una intervención del Ejército de EE UU en territorio mexicano: “No, presidente”


En una conversación telefónica de hace un mes, Donald Trump llegó a proponerle a Claudia Sheinbaum que el Ejército de Estados Unidos entrara en territorio mexicano para combatir mano a mano al crimen organizado. Así lo ha contado este sábado la mandataria, que ha añadido que su respuesta fue: “No, presidente Trump”. Sheinbaum ha salido al paso de una información publicada esta semana por The Wall Street Journal acerca de una llamada telefónica, sucedida el 16 de abril, donde Trump habría presionado a su homóloga en el marco de una crisis bilateral con múltiples flancos abiertos: comercial, migratorio y de seguridad.

Sheinbaum enfatizó que en ningún caso se trató de una imposición, sino de una sugerencia: “En una de las llamadas, me dijo ‘¿en qué les podemos ayudar para luchar contra el narcotráfico? Les propongo que entre el Ejército de los Estados Unidos a ayudarles”. A lo que respondió con una negativa: “No hace falta, se puede colaborar, trabajar juntos, pero ustedes en su territorio, nosotros en el nuestro, podemos compartir información, pero nunca vamos a aceptar la presencia del Ejército de Estados Unidos en nuestro territorio. La soberanía es inviolable”.

Las declaraciones de la presidenta llegan en un momento de cierta mejoría en la crisis con el vecino del norte. Esta misma semana, la Casa Blanca confirmó que no impondrá aranceles a la industria automotriz mexicana al amparo del tratado de libre comercio. Un gran alivio para un sector capital en la economía mexicana. A la vez, tanto Trump como la fiscal general, Pam Bondi, mandaron también esta semana una señal en sintonía con una de las demandas históricas de México. Instruyeron a todas las agencias estadunidenses con jurisdicción en la frontera a “aplicar mano dura” e intensificar los esfuerzos para frenar el flujo de armas hacia el sur, uno de las palancas que alimenta la violencia del crimen organizado en México.

Frontera México-Estados Unidos

La sombra de una intervención militar, más o menos blanda, ha estado planeando desde el regreso de Trump a la Casa Blanca. La calificación de terroristas a las organizaciones de crimen organizado mexicanas, formalizada finalmente en febrero, ha sido uno de los capítulos más delicados. Tratar a los grupos del narcotráfico como terroristas abre la puerta a una gran discrecionalidad por parte de las autoridades estadounidenses. Tanto en labores militares, de inteligencia y hasta, llegado el caso, intervenciones incluso en territorio mexicano.

La Agencia de inteligencia, la CIA, pisó el acelerador los meses previos con vuelos de drones no tripulados para espiar las actividades de las mafias del narcotráfico. Los vuelos no se limitaron a la frontera entre los dos países, sino que se desarrollaron muy dentro de México, según señaló un funcionario de la Administración Trump a The New York Times. Otros medios estadounidenses afirman, citando fuentes militares, que hubo al menos 18 vuelos de ese tipo durante las dos primeras semanas de la presidencia de Trump.

Una aeronave del Pentágono fue identificada el 3 de febrero frente a las costas de Sinaloa, en pleno corredor del Pacífico, una de las mayores zonas de producción de drogas sintéticas, como la metanfetamina y, sobre todo, el fentanilo. El potente opioide ha provocado una crisis de salud pública en Estados Unidos, responsable de más de 70.000 muertes al año. Es una de las mayores obsesiones de la Administración Trump y señala a México como el gran culpable.

Las Fuerzas Armadas reconocieron una semana después de aquel primer vuelo que efectivamente fue ordenado por la Casa Blanca. Poco más. “No sabemos lo que hicieron”, admitió Ricardo Trevilla, el secretario de Defensa. Tanto entonces como ahora, la presidente Sheinbaum insistie en mensajes con tono de advertencia: “que nadie se atreva a violar nuestra soberanía”. Mientras que a la vez tiende la mano a la negociación en los diferentes frentes abiertos. Ambas partes trabajan en varias mesas en la que todo se negocia a la vez, al estilo Trump. Los aranceles son, por ejemplo, el arma de presión para lograr concesiones en el combate al narcotráfico o la migración irregular.



Source link

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *