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Solo necesitan estar en calma


Los coches eléctricos siguen ganando popularidad a medida que pasa el tiempo. Sin embargo, su llegada al mercado no está exenta de problemas. Por este motivo, investigadores de todo el mundo trabajan diariamente para solventarlos y que pronto puedan ser vistos de una forma tan rutinaria como los vehículos convencionales de combustión.

Bajo este marco, se ha hallado algo que podría salvarlos en la industria definitivamente. Un punto clave de los coches eléctricos es la gestión térmica de sus baterías. Esta tiene un papel vital en la seguridad, el rendimiento y la durabilidad.

Las baterías funcionan mejor en el interior de un rango de temperatura concreto. Si las condiciones del entorno desprenden calor, hay riesgo de sobrecalentamiento generando que su vida útil sea más corta.

Al contrario, si hace demasiado frío, el rendimiento de la batería disminuye considerablemente. Los coches eléctricos modernos se topan con retos diarios, ya sea que los usuarios los usen en áreas urbanas o en montañas nevadas.

En cualquiera de estos escenarios, según registra el portal Híbridos y Eléctricos, los sistemas de gestión térmica aseguran que, sin importar el entorno, las baterías se conserven una zona de confort (o calma) adecuada, brindando un rendimiento y seguridad apropiados.

Baterías con sistemas de enfriamiento líquido, la verdadera salvación de los coches eléctricos

Los avances tecnológicos están transformando el escenario de los coches eléctricos tal y como lo conocíamos, especialmente en el campo de la gestión térmica. Un ejemplo claro de esto son los sistemas de enfriamiento líquido, disponibles en piezas como las de Tesla y BMW.

En los casos mencionados, refrigerantes circulan con la batería, absorbiendo y disipando el calor de forma eficiente, asegurando la seguridad y el rendimiento, incluso en sesiones de carga rápida, en las que las temperaturas pueden incrementar de manera significativa.

Por otra parte, el enfriamiento por aire, más simple y económico, continúa siendo una alternativa viable en climas moderadas, sobre todo en el caso de los automóviles híbridos, aunque su eficiencia baja bajo condiciones extremas.

Otra tecnología de gestión térmica que conviene tener en cuenta son los materiales de cambio de fase. Se presentan como una solución compacta y fiable, puesto que almacenan y liberan energía térmica al modificar su estado de sólido a líquido y viceversa. Toman el rol de amortiguador ante picos de temperatura.

Los controles inteligentes basados en inteligencia artificial ocupan un lugar importante bajo estas circunstancias. Estos ajustan de manera dinámica el enfriamiento o calentamiento de acuerdo al comportamiento de la batería, mejorando de esta manera la eficiencia energética y extendiendo su vida útil.

Mientras estas tecnologías tratan de ganarse un lugar estratégico en el mercado de los coches eléctricos, otros aseguran que, en realidad, el futuro de estos vehículos radica en un material muy ligero 200 veces más resistente que el acero.

Los coches eléctricos solo podrán salvarse con estas innovaciones: el futuro se adelanta

Novedades como la refrigeración por inmersión usando fluidos dieléctricos están sentando un precedente en el campo de la gestión térmica de baterías. Este concepto radica en sumergir las celdas de batería en un fluido no conductor.

Un escenario que permite un traspaso de calor más eficiente si lo comparamos con los sistemas convencionales. Los fluidos dieléctricos albergan la capacidad suficiente para absorber rápido el calor producido durante la carga o descarga de la batería, repartiéndolo de manera uniforme y esquivando puntos calientes.

Sumado a esto, esta solución proporciona una gran seguridad, debido a que los fluidos dieléctricos no son inflamables. Así, disminuyen el riesgo de accidentes como sobrecalentamiento o fuga térmica. Aunque esta tecnología todavía se encuentra en fase de desarrollo, ya se han visto los primeros paquetes de baterías comerciales en el sistema IMMERSIO XM25 de XING Mobility.

Dicen que este sistema salvará los coches eléctricos, pero ¿tiene futuro?

El potencial está por lo que, tras superar su periodo de pruebas, esta innovación podría dejar de verse como tal para transformarse en un estándar, entremezclando eficiencia térmica y seguridad con un diseño compacto y sostenible.

Este descubrimiento podría salvar los coches eléctricos, que solo necesitan “estar en calma” para disfrutar de las bondades del sistema que está por instaurarse. Si del futuro de coches eléctricos hablamos no podemos evitar reparar en China, donde la clave es el número 9.



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