Tras una prueba realizada en 2023 en coordinación con 4 Day Week Global, el gobierno de Portugal demostró que la semana de cuatro días era el camino a seguir. Tras demostrarse los beneficios del cambio, ahora los portugueses subirán un escalón adicional iniciando una prueba que afectará a los funcionarios del sector público con la esperanza de mejorar su productividad.
La idea de probar la semana laboral de cuatro días durante la segunda mitad de 2025 pasa también por hacer que sirva de empujón para las empresas privadas, y es que aunque las bondades del cambio de jornada laboral fueron evidentes durante el testeo de hace dos años, no todas las empresas participantes llegaron hasta el final de la prueba. Sin embargo, en las Azores se han cansado de esperar.
Las Azores dan el paso. El parlamento regional de las Azores aprobó el pasado mes de marzo el proyecto piloto que llevará la semana de cuatro días a la administración pública, acelerando así el proceso que Portugal prometió abrazar durante la segunda mitad de 2025 pero que, a día de hoy, aún no cuenta con una fecha concreta. El plan de la región autónoma portuguesa pasa por saltarse el periodo de formación y evaluación entre los funcionarios para empezar lo antes posible con la prueba.
A qué viene tanta prisa. Tal y como ocurre en otros países como Japón y Corea del Sur, la situación respecto al índice de natalidad de Portugal es preocupante y está cayendo a un ritmo alarmante. Eso, sumado a la situación socioeconómica global, parece empujar a los grupos políticos hacia un futuro en el que más tiempo de ocio y conciliación familiar ayuden a levantar la situación. Reducir la jornada manteniendo el sueldo ha demostrado ofrecer suficientes beneficios como para querer acelerar el proceso.
Los buenos resultados los avalan. El informe realizado sobre la prueba se encargó de constatar lo que muchas otras pruebas similares ya habían demostrado. El 30% de los trabajadores vieron mejoras en su salud mental, un 27% notaron lo mismo a nivel físico, y se incrementó una media de 11 minutos el tiempo de sueño. Demostrándose también una considerable reducción en el agotamiento y el estrés, el 93% de los empleados estaría dispuesto a seguir con ese modelo de jornada.
Tal y como se ha demostrando en el resto del mundo en un cambio apoyado principalmente por las tecnológicas, las empresas portuguesas también experimentaron una notable mejora tras la prueba. La productividad de sus empleados no fue lo único que subió con la semana de 4 días, también lo hicieron los beneficios en un 72% de los casos, y los ingresos en un 86%.
El resto de Portugal sigue a la espera. Aunque el gobierno regional de las Azores tiene potestad para dar el salto a la semana de cuatro días entre sus funcionarios públicos, el resto de Portugal tendrá que mirar desde la barrera qué ocurre con el plan que se había establecido desde el bloque de izquierdas. Tras ganar las pasadas elecciones el bloque de centro-derecha del país, la reducción de la jornada laboral quedó fuera de la ecuación. Está por ver si la próxima prueba de las Azores les empuja a tomar otra decisión.
Imagen | Unibecr en Midjourney
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