Donald Trump decidió comprar un Tesla Model S para mostrar su apoyo a la empresa de vehículos eléctricos de su aliado Elon Musk. Pero, ¿podrá conducir el auto que terminó comprando? Esta es la razón que le impide hacerlo.
¿Para qué compró Trump un Tesla nuevo?
Tesla ha tenido problemas en el mercado de valores en las últimas semanas, con una caída del 45 % desde el máximo histórico de la compañía de 1,5 billones de dólares. De hecho, Musk llora por sus negocios por los últimos acontecimientos, así que no es de extrañar que su aliado, Trump intente ayudarle.
Trump dijo a los periodistas reunidos que quería “hacer una declaración” comprando un vehículo de la compañía, porque Musk había sido “tratado injustamente”.
Pero hay algo curioso de esta compra, y es que, Trump no podrá conducir su propio auto. Eso no es porque no sepa cómo hacerlo: en realidad es parte del equipo de seguridad del Servicio Secreto.
¿Por qué los presidentes de Estados Unidos no pueden conducir?
La Ley de expresidentes de 1958 y la muerte del presidente John F. Kennedy en un vehículo en 1963, han puesto un mayor énfasis en que el Servicio Secreto conduzca a presidentes y expresidentes debido a su entrenamiento para maniobrar ante posibles ataques.
Por tanto, quienes están en el cargo de presidente y vicepresidente, tanto actual como anteriores, no pueden conducir en las vías públicas. Es por un tema de seguridad, aunque hay casos de exenciones y no es una normal oficial; sin embargo, por seguridad, casi siempre se cumple.
Esto significa que Trump no puede conducir en vía pública, ni aunque termine su período presidencial. Sin embargo, esto tampoco se extiende a cuando están en propiedades privadas, por lo que los carros de golf y los ranchos parecen ser lugares populares para que los presidentes amantes de los automóviles se pongan al volante. De lo contrario, deben viajar en vehículos blindados como “La Bestia”, el coche presidencial de estado.
¿La compra del Tesla de Trump se vincula con su estrategia política?
Para nadie es un secreto la cercanía de Musk con Trump, por lo que esta compra no fue muy bien visto por opositores e incluso partidarios del gobierno. De hecho, Trump, desestimó las sugerencias de que comprar un auto nuevo al hombre más rico del mundo no sería bien recibido por sus partidarios, que luchan con los aumentos de precios causados por los aranceles a los socios comerciales.
Tesla está pasando por momentos financieros difíciles, sus acciones han caído, las protestas contra la empresa aumentan y cientos de Cybertrucks son abandonados por estas razones.
Al comprar un Tesla, Trump mostró su apoyo a Musk, quien ahora dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental durante su segundo mandato. Trump inspeccionó varios modelos de Tesla antes de decidirse por un Model S rojo, y le dijo a Musk: «El que me gusta es ese». También insistió en que pagaría el precio completo, afirmando: «No quiero descuento».
La decisión de Trump es vista como un gesto político para apoyar a Musk, cuya compañía ha enfrentado críticas por su manejo de disputas laborales y afiliaciones políticas.
A pesar de la compra de Trump, su nuevo Tesla Model S permanecerá sin uso, al menos en la vía pública. Como todos los expresidentes estadounidenses, Trump tiene prohibido conducir debido a las medidas de seguridad impuestas por el Servicio Secreto. Aunque no hay indicios de que esta norma vaya a cambiar pronto, su personal podrá usar el vehículo en la Casa Blanca.
En cuanto a Tesla, el respaldo de Trump llega en un momento vital para la compañía, que se ha enfrentado a una caída en las ventas y a la incertidumbre de los inversores. Queda por ver si su apoyo público impulsará el rendimiento de Tesla en el mercado.
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