Trabajar en el mundo tecnológico no es tan ilusionante como muchos creen. Un ejemplo perfecto sería la visión de unos de los creadores de Google sobre lo que él considera la jornada laboral perfecta, ya que ha invitado a sus empleados a dedicar 60 horas a la semana a cumplir su cometido. Ello, sumado al avance sin control que está teniendo la IA en determinados campos ha provocado que, en resumidas cuentas, las noticias relacionadas con la actualidad laboral del sector no sean tan esperanzadoras. Sin embargo, existe una historia que ha conseguido ganar notoriedad por encima del resto por la decisión de su protagonista: instalar un botón de la muerte en su antigua empresa.
Como señala TechSpot, un desarrollador se enfrenta a una pena de hasta 10 años de prisión por sabotaje informático tras instalar un interruptor asesino en la red de su anterior compañía. Davis Lu, según indica la noticia original, trabajó en Eaton Corporation desde 2007, pero en 2018 su rol fue reducido y comenzó a temer sobre un posible despido. Como consecuencia directa, instaló malware que activaría fallos en los servidores y bloquearía cuentas si su usuario era inhabilitado, una situación que se produjo el pasado 9 de septiembre de 2019.
La empresa perdió cientos de miles de euros
El código malicioso incluía bucles infinitos, la eliminación de perfiles de compañeros y, a la postre, la provocación de diferentes colapsos en el sistema. Así, tras el despido de Lu en septiembre de 2019, varios usuarios a nivel global se vieron afectados por su interruptor asesino. Además, la empresa perdió cientos de miles de euros, pero tanto Lu como su abogado señalaron que el importe del daño nunca superó los 4.500 euros. De hecho, al haber encriptado su portátil corporativo antes de devolverlo, imposibilitó la investigación, pero aumentó las sospechas en torno a su figura.
Tras ser despedido, Lu intentó evitar que sus compañeros arreglaran los daños, tal y como revelaron los fiscales durante el juicio. Sin embargo, tras un juicio de seis días, Lu fue declarado culpable en 2021 y se enfrenta a una posible condena que le podría llevar a pasar 10 años en prisión. Por si esto fuera poco, el FBI condenó su uso malintencionado de habilidades técnicas no solo para perjudicar a la empresa, sino también a miles de usuarios que se vieron afectados.
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