El contexto actual de creciente demanda energética y el agotamiento de los recursos naturales no renovables están desembocando en nuevas y extrañas formas de energía limpia. Más allá de las tradicionales energías renovables, como la solar, la eólica o la biomasa, existen otras muchas alternativas que el ser humano jamás había imaginado hasta ahora.
Una de ellas es el uso de estiércol de las vacas. Según registra la web Moeve Global, puede utilizarse para generar electricidad mediante un procedimiento llamado recuperación de biogás. Para alcanzarlo, debe depositarse el estiércol en un tanque previamente calentado para transformar esos desechos en gas.
Después, el gas puede emplearse para abastecer un generador, originando energía más limpia durante la operación. Es más, la basura que el ser humano propaga también puede tratarse con la misma finalidad. El Ejército de Estados Unidos usó generadores abastecidos con basura para ejecutar sus actividades durante la Guerra de Irak.
Por otra parte, físicos del Instituto Max Planck para la Investigación de Polímeros en Mainz han estudiado el potencial de la lluvia para crear energía. Cuando el agua de lluvia cae sobre cualquier superficie no conductora de electricidad produce una escala plagada de electricidad. Bajo este marco, las gotas recolectan la carga opuesta. Aunque estas dos propuestas son llamativas, hay otra forma de crear energía que es más llamativa y hasta parece de ciencia ficción.
Ni la ciencia ficción ha contemplado esta forma de crear energía
Un grupo de físicos ha logrado generar electricidad a partir del movimiento rotacional de la Tierra, un fenómeno que era considerado imposible en términos teóricos.
La investigación, publicada en la revista Physical Review Research, tiene el sello de científicos de la Universidad de Princeton, el Jet Propulsion Laboratory de la NASA y la compañía Spectral Sensor Solutions.
Durante el análisis se puso a prueba un dispositivo experimental creado específicamente para que interactúe con el campo magnético terrestre.
Esta máquina consiguió producir una discreta diferencia de potencial eléctrico sin recurrir a fuentes externas, solo haciendo uso del giro del planeta. El sistema empleado está compuesto por un cilindro elaborado con ferrita de manganeso-zinc, un recurso con baja conductividad y óptimas propiedades magnéticas.
El objeto se situó con una inclinación de 57 grados, que permitió su alineación perpendicular al eje de rotación de la Tierra y sus líneas del campo magnético.
Resultado de la producción de energía con la rotación de la Tierra
Los expertos decidieron conectar electrodos a ambos extremos del cilindro con el fin de detectar posibles diferencias de voltaje. Sumado a esto, descartaron cualquier fuente externa de luz y controlaron sus atributos térmicos para impedir intromisiones que pudieran falsear la solución final.
Bajo este marco, el mecanismo arrojó un voltaje estable de 18 microvoltios, una cifra que los expertos no pudieron adjudicarle a ningún otro motivo conocido.
Cuando salió a la luz esta extraña forma de energía con vida, el mundo pensó que había pocas que sorprendieran tanto, pero las pruebas mencionadas reflejaron un escenario todavía más sorprendente.
Los controles efectuados con otros cilindros o diversas orientaciones no reflejaron resultados parecidos, consolidando la hipótesis que se barajaba al principio.
Posibles aplicaciones de la energía creada con la rotación de la Tierra
Hasta el momento, se consideraba que cualquier voltaje producido por sistemas como este se anulaba de forma automática por la redistribución de electrones en el interior del material. No obstante, este experimento pone de manifiesto que, si se impide esa cancelación, es posible aprovechar la energía y con precisión.
La investigación sugiere una nueva forma de elevar el uso de energías limpias y continuas, algo nunca visto que saca a la humanidad de su zona energética de confort. Aunque la cantidad de energía que puede obtenerse todavía es acotada, la estabilidad del voltaje muestra que es posible perfeccionar esta tecnología.
El avance de este sistema podría aplicarse en satélites, estaciones remotas o misiones espaciales, circunstancias en las que las opciones de producción energética están restringidas.
Ni siquiera la ciencia ficción pudo imaginarlo, pero es real. El aprovechamiento de la rotación de la Tierra tiene potencial para convertirse en una nueva fuente de energía sostenible. Un hallazgo tan llamativo como la extraña energía que España ha encontrado en esta isla.
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