La leucemia felina es una enfermedad causada por el virus FeLV que afecta a los gatos. Es un retrovirus que afecta al sistema inmunológico del animal, lo que puede llevar a una variedad de problemas de salud muy graves, como anemia, retraso en el crecimiento, enfermedades del sistema linfático, trastornos neurológicos y tumores. Los síntomas de esta afección pueden variar ampliamente y, en ocasiones, permanecer ocultos hasta que la enfermedad está avanzada.
La vacunación es la herramienta más efectiva para prevenir la leucemia felina en gatos no infectados. Se recomienda realizar el test FelV-Fiv una vez pasado el tiempo de incubación del virus, que puede variar entre 30-60 días, así evitaremos un falso negativo. Algunos de los síntomas de esta enfermedad son: pérdida de peso y apetito; deterioro del pelaje, infecciones recurrentes, fiebre y letargo, inflamación de los ganglios linfáticos, anemia, entre otros.

¿Puede un gato con leucemia convivir con otros felinos?
La leucemia felina se transmite a través del contacto directo con gatos infectados, a través de líquidos corporales, especialmente saliva, orina y heces. Por ejemplo, en gatos que comparten comedero o bebedero, durante el acicalamiento mutuo, mordeduras y/o a través de la orina y las heces. Además, el virus también se transmite durante el embarazo o la lactancia, en hembras gestantes infectadas. Puede pasar de madres a gatitos durante el embarazo o a través de la leche materna y provocar nacimiento de gatitos débiles portadores del virus.
Un gato con leucemia puede convivir con otros felinos siempre que se tengan ciertos recaudos. Es importante reducir el riesgo de transmisión del virus, que, como hemos mencionado, se propaga principalmente a través del contacto directo entre gatos o al compartir utensilios contaminados con secreciones, como la saliva. También, restringir el acceso entre ambos animales, mediante el aislamiento del que es positivo, en un área de la casa equipada con todo lo necesario para garantizar su bienestar.

Es importante desinfectar adecuadamente los espacios y objetos con los que haya estado en contacto el gato infectado, especialmente si pertenecen a la zona del felino sano. Además, la limpieza y desinfección frecuente del hogar es fundamental para minimizar la presencia del virus en el ambiente. Aunque el FeLV es poco resistente fuera del organismo, puede permanecer viable durante cortos períodos de tiempo en los utensilios que haya usado o contaminado el felino infectado con sus secreciones.
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