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Víctimas de violencia sexual, 60.3% de mujeres relacionadas con el cine: CIMA


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▲ Un informe relacionado con la violencia en contra de las mujeres fue presentado ayer en Madrid.Foto Europa Press

Europa Press

 

Periódico La Jornada
Viernes 25 de abril de 2025, p. 9

Madrid. Un 60.3 por ciento de las mujeres de entre 20 y más de 50 años declaran haber sufrido algún tipo de violencia sexual en los espacios relacionados con la industria del cine y del audiovisual, según se desprende del informe Unidas por una industria audiovisual igualitaria, diversa y libre de violencias de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA).

Así, para elaborar el informe –presentado ayer en Madrid con la asistencia de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, y de la presidenta interina de RTVE, Concepción Cascajosa, entre otros­– CIMA ha encuestado a 312 mujeres, además de haber entrevistado a profesionales de la industria audiovisual y de realizar historias de vida con testimonios de víctimas.

Así, además de revelar que tres de cada cinco mujeres participantes ha sufrido violencia sexual, el informe explica que el grupo más afectado se encuentra entre los 40 y 49 años, representando 37 por ciento de las que han denunciado haber vivido alguna de estas situaciones. Es decir, más de la mitad, independientemente de su edad, ha sufrido algún tipo de violencia sexual en esta industria.

En cuanto a los sectores en los que suceden este tipo de violencias, todas las mujeres profesionales de todos los departamentos –interpretación, dirección, arte, maquillaje, peluquería, sonido, guion, producción, posproducción y otras– se han enfrentado de alguna forma a la violencia sexual.

En ese sentido, una de las autoras del informe, Nerea Barjola, ha evidenciado en la rueda de prensa que violencia sexual se percibe como inevitable e integrada dentro del entorno laboral en la industria del cine y audiovisual, mientras que las mujeres jóvenes son dobles víctimas, como ha explicado.

Cultura de permisividad

Precisamente, los resultados muestran una naturalización y normalización de las violencias sexuales que desde CIMA, avisan, están completamente integradas dentro del entorno laboral porque se asocian a una jerarquía y a una cultura de la permisividad.

Por otro lado, advierten que las mujeres jóvenes sufren doble vulneración porque se les ve como presas. Así, se ven obligadas a hacer cosas que no quieren para poder tener un desarrollo como profesionales, asegura Barjola. Cuando admiran a una persona, actor o director, el consentimiento no es del todo libre, añadió.

Por todo ello, desde la entidad refuerzan un sistema de silencios y señalan que el silencio colectivo es lo que sigue alimentando esta cultura, a la vez que han perdido espacios de sororidad.

Antes de la presentación del informe, Bárbara Tardón –coautora del estudio– se ha dirigido a los ministerios de Cultura, Igualdad y Trabajo, especialmente, para trasladarles algunas recomendaciones. Por ejemplo, Tardón ha exigido al Ministerio de Trabajo que se reconozca la violencia sexual como un riesgo laboral.

Sin denuncia, 90%

En su intervención, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha destacado la importancia de que este informe sea tan riguroso: El dato mata el relato y estos datos además van acompañados de un cualitativo realmente importante.

La responsable de Igualdad ha lamentado que esta situación se viva en el sector audiovisual, que además es presuntamente progresista, en el que las mujeres poco a poco van avanzando, la violencia prácticamente no existe o es puntual o es coyuntural. No obstante, ha aseverado que el informe dice todo lo contrario y permite tener una visión global de lo que está pasando en la industria audiovisual.

Precisamente, Redondo ha resaltado dos datos: que la mitad de las mujeres hayan sufrido en algún momento dentro de esta industria en sus relaciones laborales, en sus rodajes, en sus actividades, violencia, violencia verbal, física o sicológica, y que 90 por ciento no han denunciado.

Esto nos lleva a la reflexión fundamental acerca del miedo, de la imposibilidad de alzar la voz, sobre la necesidad también de la compañía y de ir en conexión con otras mujeres para alzar esa voz y conocer realmente lo que está pasando, manifestó la ministra.

Acoso verbal, 81%; físico, 49.5%, y digital, 22.3%

Entre las mujeres que han sufrido violencia sexual dentro de la industria del cine y audiovisual, el informe detalla que 81.4 por ciento ha enfrentado acoso verbal; 49.5, por ciento, físico; y 22.3 por ciento, virtual o digital.

Además, 92 por ciento de las mujeres que han sufrido violencia sexual no lo ha denunciado, y sólo 6.9 lo ha hecho ante un cuerpo de seguridad del Estado, policía local, juzgado u otra institución, y 4.3 por ciento a una asociación especializada.

El miedo a represalias, la inseguridad sobre cómo proceder y el desconocimiento de los mecanismos de denuncia son las principales razones argumentadas para no denunciar.

Respecto a la percepción de la respuesta institucional, 77 por ciento de las mujeres que denunciaron consideran mala o muy mala la atención recibida. Además, 64 por ciento desconoce la existencia de protocolos para prevenir y abordar la violencia sexual en sus lugares de trabajo; sólo 24.4 por ciento conoce bien los derechos de las víctimas recogidos en la ley del sólo sí es sí.

El informe revela que 76.3 por ciento considera que las personas en posiciones de poder abusan frecuentemente de su autoridad para ejercer violencia sexual. Además, 64.4 opina que las denuncias no son tomadas en serio por la industria, porcentaje que sube a 80 por ciento entre las mujeres más jóvenes (20-29 años).

Reforzar la protección

El estudio concluye que las violencias sexuales en el cine y el audiovisual son un fenómeno estructural, normalizado e invisibilizado que requiere una respuesta integral, coordinada y urgente por parte de la industria, las instituciones y la sociedad para garantizar entornos laborales seguros y libres de violencia para las mujeres.

También incluye unas recomendaciones como la necesidad de implementar protocolos de prevención y actuación en todas las empresas del sector, o la formación obligatoria y campañas de sensibilización para todo el personal.

Así, el informe insta a reforzar los mecanismos de protección, denuncia y acompañamiento especializado; incorporar cláusulas de prevención de violencia sexual en todos los contratos y relaciones profesionales, incluso fuera del marco laboral estricto, o garantizar la protección de la trayectoria profesional y la reparación integral de las víctimas.



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