Si alguna vez has pensado que la batería de tu smartphone dura cada vez menos, un estudio reveló que no era una creencia tuya, sino una consecuencia directa de la evolución de la tecnología. Desde hace años, la autonomía es una de las principales preocupaciones de las grandes compañías tecnológicas, dado que han querido centrar una parte importante de sus esfuerzos en garantizar horas de uso para sus usuarios. Por ello, han pensado en métodos como la carga rápida para los perfiles más demandantes y, por desgracia, ni siquiera esta opción parece convencer a los usuarios.
Como señala Android Authority, una encuesta ha querido profundizar en la visión que tienen las personas sobre el posible impacto de la carga rápida en la salud de la batería. En casos como el del Huawei Mate 20 Pro, las pruebas han demostrado que la carga rápida puede llegar a afectar a la salud de la unidad de carga, mientras que otros modelos como el Samsung Galaxy S25 mantienen temperaturas frías durante la carga y, por ello, el impacto de la carga rápida se podría ver reducido. Y, según indicó dicha encuesta, 4 de cada 10 personas están preocupadas por el efecto de la carga rápida y, a pesar de ello, siguen utilizándola a diario.
Degradación exponencial y baterías más grandes
A diferencia del resultado anterior, 2 de cada 10 encuestados reconocen que la carga rápida y la hipotética degradación ligada a esta nunca ha sido un problema para ellos. Además, 1 de cada 10 reconoció que, si bien estaba preocupado por esta posibilidad en el pasado, ya han dejado atrás dicho pensamiento. Así, aspectos como la apuesta por baterías de 5.400 o 6.000 mAh ayudan a mitigar la degradación, ya que tienen capacidad para soportar la carga rápida sin que se note tanto el desgaste. Y, por ello, los usuarios están más tranquilos al confiar en los avances de las compañías.
No obstante, la degradación de la batería es exponencial. Por ello, un teléfono con una batería más pequeña (véase, por ejemplo, 4.700 mAh) experimenta una degradación más notoria. Así, los usuarios con baterías grandes pueden sentirse más cómodos utilizando la carga rápida, pero 2 de cada 10 encuestados reconocen que evitan la carga rápida para no generar deterioro en su batería. Sea como fuere, la duración de esta depende de los ciclos de carga que dictamine la marca y, por norma general, la cifra baila entre los 1.000 y 1.600 antes de caer al 80% de capacidad.
Imagen principal de Charliepix (Getty Images)
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