Arath de la Torre es uno de los actores más polémicos del mundo del entretenimiento mexicano, sin embargo, sus tres décadas de carrera hacen que el público lo respalde, especialmente en el teatro, donde la gente paga su boleto para disfrutar de su trabajo.
“Siempre soy bien recibido, la gente que critica se esconde detrás de una cuenta falsa, la gente que paga un boleto, respeta la carrera de 34 años y me recibe de una manera increíble y para mí ellos también son importantes”, afirmó el actor.
En esta disciplina ha trabajado en una decena de obras, lo que le permite tener una mayor madurez en el escenario, que ha ganado gracias a su colaboración con primeros actores como Manuel Ojeda, Raquel Pankowsky y Erick del Castillo, de los que aprendió a respetar al público y ahora eso mismo recibe cada que se para en el escenario.
De la Torre protagoniza “La Señora Presidenta”, un clásico que ya han interpretado los primeros actores Gonzalo Vega (q.e.p.d) y Héctor Suárez (q.e.p.d) durante varios años, pero que él jamás vio y ahora lo agradece porque le permitió crear una versión distinta y actualizada para las nuevas generaciones.
“El director Vicente Torres trabajó en la primera temporada con Don Gonzalo y nos guió mucho al montarla, pero la obra es más compleja actualmente, porque yo uso botarga y es más física, desde que iniciamos preferí trabajar así, y ya me explica cómo resolvían antes, pero ya que tengo mi trabajo hecho. Uso postizos que pongo y quito dependiendo la escena y todo esto me reta como actor”, detalló.
Pero esta técnica no es nueva, Arath ha participado en distintos remakes como los Simuladores o el mismo Tenorio Cómico, y siempre aplica la misma preparación, no los ve porque no quiere sugestionarse y prefiere poner su sello a cada personaje. Además, en esta obra, que tiene funciones en el Teatro Royal Pedregal de viernes a domingo, se siente sumamente respaldado por el elenco, el cual está conformado por Luis Fernando Peña, Violeta Isfel, Mariana Botas, Ingrid Martz, Pierre Angelo y Susy Lu.
“Mis compañeros son extraordinarios, el director es perfecto y la gente sale feliz… Y al ser una comedia, puedes criticar y educar sin regañar, curar almas, y la risa siempre será una terapia tanto para el público como para los actores, porque nunca hay una función igual”, contó.
MAAZ
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