El encuentro fue organizado por la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de EE. UU., junto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México.
Durante la reunión, participaron otras agencias como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el Servicio de Alguaciles de EE. UU. y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI). Se reunieron con secretarios de seguridad de varios estados de México y con fiscales generales, para compartir experiencias, datos y estrategias.
Hablaron sobre cómo identificar armas ilegales, cómo almacenarlas de forma segura, y analizaron casos de éxito donde el trabajo conjunto y el intercambio de información ayudó a detener a criminales.
También se discutieron nuevos proyectos, como usar tecnología para intercambiar información de balística entre estados de ambos países, y crear un laboratorio especial para analizar armas incautadas, incluso drones armados.
El director interino de la ATF, Daniel Driscoll, dijo que estas alianzas entre agencias de diferentes países son muy importantes para frenar el paso de armas hacia México, especialmente porque muchas de ellas terminan en manos de grupos criminales.
También esta semana, la ATF dio una conferencia en Laredo, Texas, donde habló del trabajo que hacen día a día para impedir que las armas crucen la frontera sur y lleguen a los cárteles. Incluso recordaron que algunos de estos grupos están catalogados como organizaciones terroristas por Estados Unidos, debido al daño que causan.
Shawn Morrow, otro alto mando de la ATF, dijo que ellos trabajan con más de 50 países para detener el tráfico de armas y evitar que lleguen a lugares donde puedan hacer daño. Afirmó que esta reunión en México fue un buen ejemplo de cooperación internacional para proteger a la gente.
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