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el dolor de las preguntas sin respuesta


La miniserie Adolescencia es uno de los estrenos más interesantes de Netflix en lo que llevamos de año. Dirigida por Philip Barantini y escrita por Stephen Graham y Jack Thorne, aborda las consecuencias de un crimen adolescente cometido en una pequeña localidad inglesa. Lo hace mediante cuatro capítulos grabados en plano secuencia de forma magistral que ayudan al espectador a sumergirse de lleno en un drama que salpica a toda una comunidad.

La acción comienza con la entrada forzosa de los SWAT en un domicilio familiar para detener a Jamie Miller, el hijo adolescente interpretado por Owen Cooper. La policía le acusa de asesinar a sangre fría a una compañera de la escuela, utilizando un cuchillo para cometer el crimen. A partir de aquí, la serie nos muestra en cuatro actos todo lo que sucede después de la detención: la primera noche en comisaría, las investigaciones en el colegio, la terapia del acusado y la vida de su familia después de ser detenido.

Cada capítulo es un punto de vista diferente, y aunque no se muestran todos los detalles del proceso judicial, los saltos temporales sirven para que el espectador se haga una idea de cómo se desarrolla la investigación y complete los huecos restantes con la acción que vemos en pantalla. Por otro lado, Stephen Graham explicó que Adolescencia no está inspirada en un caso real concreto, por lo que pueden quedar ciertas dudas al terminar la serie, ya que es, ante todo, una obra muy interpretativa.

El lado más tóxico de las redes

Adolescencia pasa de la incredulidad de la familia de Jamie en el primer episodio al dolor que deja el asesinato de Katie en el pueblo visto a través de la convivencia escolar tras la vuelta a las clases en el segundo capítulo. Es en el colegio cuando el inspector Bascombe (Ashley Walters) y la sargento Frank (Faye Marsay) descubren que las redes sociales han tenido mucho que ver en la tragedia.

La serie pone un foco de atención en problemas como la normalización de la violencia, la crisis de salud mental y la masculinidad tóxica. Internet está jugando un papel fundamental a la hora de promover mensajes de odio en entornos de la denominada machosfera, formada por usuarios con perfiles generalmente reaccionarios, misóginos, racistas y homófobos. 

Adolescencia aborda todo el caso desde el punto de vista del acusado y nos invita a reflexionar sobre los hechos que pueden llevar a que un niño cometa un crimen tan atroz. En el tercer episodio se muestra a Jamie como un chico condicionado por las presiones de la edad y las influencias externas. No es cuestión de justificar un asesinato, pero sí de tratar de entender ciertos factores que radicalizan a los más jóvenes y que el resto de la sociedad no parece estar viendo pese a ser desde hace tiempo un elefante en una habitación.

Preguntas sin respuesta

El capítulo final tiene lugar más de un año después de la detención de Jamie, que ahora considera declararse culpable en el juicio. Esta noticia cae como un jarro de agua fría en su familia, aunque el destino era inevitable y las evidencias muy claras. Todo ocurre en el día del cumpleaños del padre, interpretado por Stephen Graham. El punto de vista de Eddie Miller es fundamental, desde que descubre que le han vandalizado la furgoneta acusándole de pedófilo hasta que libera toda la tensión acumulada durante meses en el cuarto de su hijo.

La familia trata de seguir adelante y pasar un día agradable, pero su viaje al centro comercial demuestra que no será nada fácil escapar del juicio de la gente, sabedora de que el hijo de los Miller será declarado culpable por asesinato. Al regresar a casa, los padres se cuestionan qué es lo que hicieron mal al educar a Jamie para que acabase convertido en un criminal. Son preguntas sin respuesta que no hacen más que causar dolor al no poder explicar lo sucedido.

De nuevo aquí se hace especial hincapié en las influencias externas. Un punto crucial en la educación del niño llega cuando le regalan el ordenador y termina pasando más tiempo delante de la pantalla que en la vida real. Sus padres pensaban que Jamie estaba bien, pero realmente todo estaba ocurriendo en internet sin que ellos lo supieran. Mensajes nocivos, comentarios de sus compañeros, ideas equivocadas que pueden ser muy peligrosas si su receptor es un adolescente… Todo sucediendo de forma silenciosa.

Owen Cooper y Stephen Graham en 'Adolescencia' (Netflix)
Owen Cooper y Stephen Graham en ‘Adolescencia’ (Netflix)
Netflix

La educación que Jamie y su hermana mayor recibieron en casa fue la misma, pero él terminó siendo un asesino con tan solo 13 años. Las influencias familiares siempre son importantes en el crecimiento de una persona, aunque en este caso no fueron tan diferenciales como el colegio o las redes sociales. Aun así, sus padres siempre se preguntarán qué hicieron mal o qué es lo que no pudieron ver para evitar que su hijo cometiera un acto tan cruel. Este arrepentimiento se ve reflejado en la escena final, cuando Eddie Miller arropa a un peluche del crío mientras llora desconsoladamente. En el fondo queda un mensaje claro: hay que cuidar a los jóvenes de hoy para que no se conviertan en los monstruos del mañana.

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