▲ Captura del video en Youtube de la canción Giza, de Natanael Cano y Óscar Maydon
Reyes Martínez Torrijos
Periódico La Jornada
Viernes 6 de junio de 2025, p. 9
El fenómeno del alucín
como la creencia de ciertos jóvenes de que se pertenece al mundo de lujos y estatus, con formas de vestir peculiares
mostrado por el corrido tumbado o los narcocorridos conlleva un riesgo muy elevado
, dijo la socióloga Sandra Oceja Limón.
En entrevista con La Jornada, la docente alertó de “las clasificaciones que se van generando a partir de estas manifestaciones culturales y que luego resulta que no pertenecen a esos grupos, sino que sólo fingen, significa un alto riesgo.
Puedes tener jóvenes que sólo fingen su pertenencia a cierta criminalidad y mañana se les olvida y cambian, o cometen alguna imprudencia que atente contra su propia vida o contra la de otros a partir de este juego ilusorio.
Matizó que “el ‘alucín’ no es que necesariamente todos se vayan a convertir en criminales, pero ahí sí hay una posibilidad más elevada, porque por algo se identifican con eso. Esto da para mucha reflexión”.
Poder y dominación
Sandra Oceja mencionó que para “poder reproducir el poder y la dominación, se requiere de discursos que se legitiman en los espacios sociales: el ‘alucín’, el decir ‘se vive mejor siendo narcotraficante’ o ‘los jóvenes prefieren ser narcotraficantes porque eligen vivir mejor durante 10 años, a riesgo de ser asesinados, que toda su vida como empleados’.
“Esta narrativa está diciendo que estás jodido y que si no te dedicas al narco vas a ser ‘un pinche empleado’, como si ser empleado fuera algo negativo. Los significados que se reproducen en canciones y en los famosos ‘alucines’ están dirigidos, de manera consciente o inconsciente, a organizar, jerarquizar, excluir, marginar e, inclusive, a criminalizar.
“Pareciera que el ideal ciudadano es vivir bien sin importar los medios. Por lo tanto, es normal que se vayan al narco porque hay que vivir bien.”
La profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales refirió que la mayoría de las veces quienes escuchan por convivir esas canciones en las fiestas están conscientes del nivel de violencia que implican. He platicado con ellas y ellos y no asumen que en automático te conviertes en criminal o en alguien irreflexivo o irreflexiva, eso significaría que son personas incapaces de ser críticas o de pensar en torno a esto
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