Tú estás harto de los roguelike con cartas, yo lo estoy, todos los estamos. Hay millones de ellos y cuesta mucho que se publique alguno que sea verdaderamente original. Es increíble lo que ha conseguido Slay the Spire. Se habla mucho de la influencia de Dark Souls, pero creo que ya hay muchos más rogue-like de cartas que Souls-Like. Os cuento esto porque es un género que, aunque me gusta, me tiene un poco harto… Hasta que conocí Battle Train. También os tengo que reconocer que me flipan los trenes.
Es fácil que te gusten los trenes si juegas a videojuegos. Todos estamos enamorados del tren de Final Fantasy VI al que Sabin le hace un suplex, los muchos que tiene Lies of P o por los que se cuela Ellie con Joel en The Last of Us. Y eso es Battle Train, ¡amor por los trenes en los videojuegos! Es un absurdo rogue de cargas con trenes. Te cuento de qué va porque a mí me ha tenido muy enganchado y tengo clarísimo que seguiré jugándolo.
Battle Train es un programa de la tele. Tú eres uno de los muchos concursantes que pasan por él. Tu objetivo es ganar a todos tus rivales a Battle Train y optar a enfrentarte con el jefe final, el Presidente Conductor Aalvado, que es idéntico a Pierre Nodoyuna de Los Autos Locos. Tienes cartas, tienes puntos de mineral que gastar para usar esas cartas y un tablero. En el tablero están tus estaciones, las del rival y los puestos que hay que defender. El objetivo es usar las cartas para colocar vías que permitan que tus trenes salgan despedidos de tu estación y se estampen contra los puestos del rival. Aquí empieza la locura. Ojo, que es más profundo de lo que parece.


Battle Train es una ida de olla con trenes, cartas y mucha estrategia
Puedes poner bombas para romper las vías del rival, se las puedes robar si logras construir sobre ellas, puedes colocar vías especiales, topes y aceleradores… Y luego vienen las cartas locas que te permiten modificar el escenario, lanzar piedras o modificar el coste y uso de las cartas. Battle Train consigue un equilibrio muy chulo entre sentir que juegas al ajedrez por cómo vas haciendo avanzar tus fichas, que aquí son tus tramos de vías, con la locura del no saber qué va a pasar con el uso de las cartas más disparatadas. Y lo genial del asunto es que el juego es muy fino.
Es alucinante lo que se ha logrado a nivel jugable con algo tan a priori sencillo como poner vías
Desde el primer momento sabes que hay que pensar cada movimiento, porque las vías que tú colocas las puede usar también el rival. Tienes que guardarte bien las bombas para o bien sabotear, reconstruir tus vías o bien para dañar directamente los puestos rivales, y no es recomendable ir directamente a por el puesto del rival, porque si haces que tus vías pasen por minas de mineral, farmearás mucho mineral cada turno, teniendo más oportunidades cada vez que te toque.


La cosa no acaba aquí, porque es importante ir ganando partida tras partida para conseguir vías cada vez más largas que te dejen llegar más lejos cada turno, y las vías no solo las colocas para avanzar, puedes bloquear con las tuyas la construcción del rival y ahogarlo. Es alucinante lo que se ha logrado a nivel jugable con algo tan a priori sencillo como poner vías. Es un juego de muchísima estrategia y muy sesudo… Hasta que logras conectar con el puesto rival y tu personaje se vuelve loco y eufórico porque puede mandar a su tren a estrellarse contra ti. Ahí ya no hay cerebro, solo felicidad descerebrada muy de los Autos Locos.
Como rogue, Battle Train tiene una cosa muy buena. Cada vez que reinicias una run, que son larguitas por la naturaleza del juego, te enfrentas a tableros nuevos. No hay demasiada repetición entre ellos, y teniendo un sistema de juego sólido, no me ha dado tanta fatiga volver a empezar una nueva partida como sí me ha pasado con Nightreign, por ejemplo. Es muy variado, divertido y largo, y lo adoro, pero no es perfecto. Hay algunas cosillas que creo que merecen pulirse.


Battle Train orbita entre el puzle serio y el disparate más estúpido. Mola
De vez en cuando hay fases de bonus. En ellas hay que hacer varias pruebas usando el tablero pero con variaciones. Por ejemplo, en una hay que usar solo bombas intentando hacer explotar trenes invisibles. Se agradece el puntito de variedad jugable, pero se hacen aburridas a poco que juegues dos. También existe el problema de que te quedes ahogado y atascado. Por el tipo de vías que te salen puede ocurrir que tú mismo te quedes bloqueado en el tablero, pasando varios turnos sin saber bien qué hacer. Por el tipo de rogue que es, las partidas son muy largas. Puedes dejar la partida en pausa y regresar a ella más tarde, lo que es genial jugarlo en Steam Deck por ejemplo, pero la de “una run y me vuelvo a poner a estudiar” aquí se puede ir a las dos horas.


Pero vaya, que esto son minucias. Battle Train me está gustando mucho, viene en español, es largo y os aseguro que es ese juego de veranito raro, divertido y con ese toque de estrategia tan de juego de mesa que estás buscando. Que no te eche para atrás que sea un poco feo. Me puse con él sin esperar nada y he acabado enamorado de su mezcla de puzle, mamarracheo… ¿y rogue-like? Honestamente, se le podría haber quitado el rogue y el juego funcionaría igual. ¡Que vivan los trenes!
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