Este lunes 5 de mayo se llevará a cabo una edición más de la Met Gala, evento que es considerado el “Oscar de la moda” ya que cientos de estrellas se dan cita en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York para mostrar sus atuendos más impactantes y seguir celebrando la importancia de la moda en la historia del mundo.
Aunque cada año hay figuras que se roban por completo los reflectores, nadie ha logrado igualar a lo que sucedió el 9 de diciembre de 1996 cuando los pasillos del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se convirtieron en el escenario de una de las celebraciones más icónicas de la moda, con una exposición que rendía homenaje al legendario diseñador Christian Dior, figura fundamental en la historia de la alta costura.
Pero no fue sólo la temática lo que hizo histórica esta gala, sino la presencia de Diana, Princesa de Gales, quien con su entrada irrumpió en la velada y centró toda la atención en su persona. Y es que lo que convirtió la aparición de Diana en un momento único no fue solo su presencia, sino el conjunto que eligió para la ocasión ya que, en un cambio radical respecto a sus anteriores apariciones oficiales, lució un vestido azul medianoche diseñado por John Galliano, quien en ese entonces hacía su debut como director creativo de Dior.
El legendario vestido azul que usó Lady Di en la Met Gala de 1996
La prenda, que parecía haber sido creada específicamente para ella, estaba inspirada en uno de los modelos de la primera colección de Galliano para la casa de moda, pero con una interpretación totalmente personalizada, pues el vestido estaba confeccionado en seda azul profundo, detacando por su corte de “slip dress” o vestido lencero, un estilo relajado y sensual que contrastó con la imagen conservadora que Diana había mantenido durante su matrimonio con el ahora rey Carlos III.

Fotografía: Instagram/@brash_fashionpost
De la misma forma, el vestido estaba adornado con delicados detalles de encaje negro que le otorgaban una feminidad sofisticada, mientras que la caída fluida de la tela le daba un aire elegante y sereno. Además, el conjunto incluía una bata a juego, un toque inesperado que le añadía un componente más íntimo y audaz a su look.
Este atuendo no solo marcó una ruptura con la rigidez del protocolo real al que Diana había estado sujeta durante años, sino que también simbolizó su reinvención personal tras el proceso de divorcio. Diana, quien por aquel entonces ya se había separado oficialmente del rey Carlos, estaba decidida a marcar una nueva etapa en su vida, tanto en lo personal como en lo público.
Bajo este contexto, la elección de Galliano como diseñador fue significativa: un hombre joven y audaz, conocido por su estilo teatral y experimental, se convirtió en su aliado perfecto para esta nueva fase de su vida, donde la moda no solo era un medio de expresión estética, sino también una declaración de independencia.

Fotografía: Instagram/@brash_fashionpost
Pero eso no fue todo, ya que el icónico vestido fue complementado con el famoso bolso Chouchou, que ya era uno de los accesorios más queridos de la princesa, pero su vínculo con esta pieza fue tan fuerte que la casa Dior decidió renombrarlo como Lady Dior en honor a ella, consolidando aún más la relación entre la princesa y la marca francesa.
De la misma forma, la princesa lució una impresionante gargantilla de perlas y zafiros con un significado bastante especial, pues la joya pertenecía a la colección de la Reina Madre, y Diana la había utilizado en diversas ocasiones importantes, como en su famosa aparición en 1994 con el “vestido de la venganza” o durante su inolvidable baile con John Travolta en la Casa Blanca.
Lady Di y la moda: de la princesa conservadora a la mujer libre
Y es que la relación de Diana con la industria de la moda siempre fue estrecha, pero tras su divorcio su estilo experimentó una transformación significativa. Durante sus años de matrimonio, sus elecciones de vestuario, aunque elegantes, eran siempre conformes a las estrictas expectativas de la familia real británica; sin embargo, tras separarse del ahora rey Carlos III, Diana comenzó a desafiar esos límites y a buscar en la moda una forma de liberación.
Fue así como John Galliano, conocido por su enfoque dramático y romántico, encontró en Diana la musa perfecta para su visión artística. Su primera colección para Dior, que fue presentada en 1996, marcó el inicio de una nueva era para la casa de moda y la participación de la princesa en la Met Gala fue una manera de consolidar su relación con la marca. Diana se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino, y su relación con Dior, más allá de la moda, representó un cambio de paradigma en su vida.
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