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Grito discriminatorio, otra alerta encendida rumbo a la Copa 2026


Alberto Aceves

 

Periódico La Jornada
Sábado 10 de mayo de 2025, p. a11

La portería es más que un punto de referencia para el argentino Nahuel Guzmán. La influencia del arquero de Tigres en un partido de futbol no está limitada por las líneas del área grande, mucho menos sus opiniones. El Patón coincide pocas veces con dueños y directivos de la Federación Mexicana de Futbol (FMF), no lo hace para congraciarse, sino porque observa que ciertos problemas han alcanzado una fase crítica en México, como el grito homofóbico en los estadios.

Me gustaría denunciar públicamente el tema del grito. Ya no se puede más. Esto no me lastima a mí, sino a todo futbol mexicano. Que pongan los huevos sobre la mesa la gente que los tenga que poner y que tomen las decisiones correctas, pidió el jueves al final del partido de cuartos de final contra el Necaxa en Aguascalientes. Miles de aficionados de los Rayos cargaron contra Guzmán con el polémico cántico de ¡eeeh, pu…! en diferentes saques de meta.

A casi un año de la Copa del Mundo 2026, ningún protocolo ni campaña de concientización con organismos encargados de garantizar el ejercicio y respeto del derecho a la no discriminación, como Conapred, ha podido erradicar el problema. Desde 2015, la FIFA sancionó a la FMF con más de 10 multas y un par de partidos sin público de la selección nacional, incluida la amenaza de excluir al equipo de torneos oficiales como el Mundial de Qatar 2022.

Las palabras de Guzmán, arquero de guantes personalizados –Memoria, verdad y justicia, Madres y abuelas de Plaza de Mayo, Ni una menos– y quien suele pintarse el pelo de colores en apoyo a diferentes causas sociales no tienen que ver con un resultado. Tigres empató sin goles en el estadio Victoria con el Necaxa, por lo que reducir a eso su crítica le parece un insulto. No es por mí, es por un protocolo que han inventado. Estamos muy cerca del Mundial. La FIFA dijo que esto lo iba a sancionar, se tienen que tomar medidas claras, recordó en su camino al vestidor.

Según el protocolo de la FMF para erradicar expresiones discriminatorias en los estadios, existen tres fases para la aplicación de un castigo. En la primera el árbitro detiene el juego temporalmente y se realiza un llamado de atención al público por medio del sonido local. La reincidencia del grito de ¡eeeh, pu…! obliga a que los dos equipos se retiren del terreno de juego por cinco minutos y las personas responsables sean desalojadas del inmueble. Un tercer aviso –estipula también la FIFA en sus reglas– conlleva la suspensión del juego.

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▲ Nahuel Guzmán, polémico arquero de Tigres, aseguró que ya no se puede tolerar el grito que les lanzan desde las gradas cuando despejan, porque no le afecta a los arqueros, sino a todo el futbol mexicano de cara a la Copa del Mundo.Foto @clubtigres

Las campañas no hablan de homofobia, sino de evitar un castigo y eso no es efectivo, porque el castigo es parte de lo que ofende al aficionado, sostiene el académico Juan Carlos Cabrera Pons, quien ha estudiado la evolución del grito discriminatorio desde la edición 2014 de la Copa del Mundo. “En México el clasismo, el racismo y el sexismo son cosas tan de todos los días que las justificamos como algo normal. Insultar a alguien diciéndole ‘puto’ o ‘negro’ o ‘indio’ es una muestra clara de discriminación, no creo que nadie deba posicionarse en favor de estos actos”.

En junio de 2014, la Conapred definió el uso de este cántico como una expresión de desprecio que no es neutra. Es estigma, minusvaloración; homologa la condición homosexual con cobardía. Refleja la homofobia, el machismo y la misoginia que privan aún en nuestra sociedad, señaló en un comunicado. En conjunto con la FMF, la Concacaf anunció diferentes campañas en Estados Unidos (Abrazados por el futbol y Lo que está mal, está mal, entre otras) para evitar que la conducta de los aficionados afectara la Copa Oro y la Liga de Naciones. Pero de poco sirvió.

El grito ofensivo y discriminatorio contra los porteros persiste hasta fechas recientes. Con 13 partidos asignados a México para el Mundial de 2026 -5 en la capital del país, 4 en Monterrey y 4 en Guadalajara-, los focos de alerta sobre una expresión que ha costado castigos, vetos y trasciende las fronteras de este deporte siguen en modo activo y sin medidas que lo cambien.

Las emociones en la grada también son la respuesta a ciertas frustraciones, no sólo en torno al manejo del futbol en determinado contexto, sino también a la vida cotidiana, concluye Cabrera Pons, también escritor y doctor en literatura comparada por la Universidad de Massachusetts Amherst. A menos que se tomen acciones drásticas y efectivas, que yo creo que los federativos tampoco las saben, no hay duda de que vamos a escuchar ese grito en los estadios de nuestro país y de Estados Unidos durante la Copa Mundial.



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