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La importancia de la seguridad vial


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robablemente cuando mencionamos los términos problemas sociales lo primero que viene a nuestro pensamiento son situaciones como pobreza, inseguridad, crimen organizado o corrupción, los cuales indudablemente entran en esta categoría; sin embargo, en muchas ocasiones se pasan por alto circunstancias menos complejas como la falta de inversión en las vialidades y estructuras carreteras, la iluminación en vías públicas, la acumulación de basura, cuestiones que también impactan significativamente en la economía y vida diaria de la población.

Uno de los temas que más preocupa a los mexicanos es la aparente relativa importancia que se le ha dado al mantenimiento de las vialidades del país. Y es que ¿quién no se ha enfadado por caer en un bache? Pero, además, no sólo se trata de la manera en la que estos problemas dañan los vehículos, sino la gravedad de los accidentes que causan y en los que se pierden vidas.

Desde hace décadas, las calles, avenidas y en general las carreteras en el país se encuentran plagadas de desperfectos que repercuten significativamente en la movilidad urbana y por supuesto que esto no sólo lo vemos en las ciudades, sino también en las autopistas, lo que incluso lleva a retrasos en entregas de productos perecederos o medicinas que requieren refrigeración.

Claro que las instituciones gubernamentales tratan de encontrar soluciones para mitigar el problema; sin embargo, sobre todo en época de lluvias, los daños se hacen evidentes y peligrosos; es así que durante los meses en los cuales las precipitaciones son mayores la filtración de agua provoca el colapso de enormes segmentos.

No se puede culpar a la naturaleza y al clima sobre este problema, sino que, aunque nos cueste reconocerlo, ha sido la falta de mantenimiento, el uso de materiales de baja calidad, la poca inversión o el poco compromiso para solucionar verdaderamente el problema estructural al que por décadas se le ha restado importancia, lo que nos ha llevado a esta compleja situación.

La preocupación de la población es evidente y además entendible, porque las consecuencias del mal estado de las vialidades son sufragadas por la población, y aunque es cierto que son los gobiernos quienes tienen la responsabilidad de mantener las vías en óptimas condiciones y que ya existe un sistema para reportar y obtener compensación por los daños causados por los baches; la cantidad de la indemnización depende de diversos factores y el proceso de pago puede ser tardado por lo que los automovilistas optan por enfrentar los gastos de manera individual.

Además de los gastos a la población también se deben añadir otros dos: la contaminación y el aumento de robos. Los baches también se han convertido en catalizadores para la mala calidad del aire y es que el lento avance de los vehículos incrementa las horas de traslado y provoca contaminación.

La delincuencia ocupa todas las herramientas que tiene a su alcance y la disminución de velocidad o las maniobras que realizan los conductores son usadas por los maleantes para atracar a transportistas; es así que incluso la más reciente encuesta de Mitofsky sobre la seguridad en las carreteras de México, realizada en marzo de 2025, muestra que la percepción de riesgo entre los ciudadanos sigue siendo alta. Sesenta y seis por ciento de los encuestados consideran que las carreteras son muy o algo peligrosas.

El tema de las vialidades es de suma importancia para la población, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública del pasado marzo 81.4 por ciento de la población de 18 años y más consideró los baches en calles y avenidas como uno de los principales problemas en su ciudad.

Por otro lado, no podemos perder de vista que la mala calidad de las vías carreteras es uno de los principales factores que provocan incidentes viales. Incluso la Organización Mundial de Salud ha mencionado que los accidentes de tránsito ocupan actualmente el noveno lugar entre las principales causas de defunción a escala mundial y las colisiones causadas se cobran la vida de aproximadamente 1.19 millones de personas. Desafortunadamente, en nuestro país la situación no es diferente, ya que se considera estos hechos son la novena causa de muerte y la segunda en personas entre 15 y 34 años.

Además, aunque es innegable que la pérdida de vidas es una de las consecuencias más importantes también la Organización Panamericana de la Salud afirma que los accidentes de tráfico cuestan a los países alrededor de 3 por ciento de su PIB.

La preocupación sobre la seguridad vial se ha convertido en un tópico cada vez más serio, y es que la movilidad ha cambiado con el paso de los años y ahora se deben analizar nuevos sistemas y restructurar las acciones que hasta ahora se han tenido, es así que la Organización de Naciones Unidas conmemorará del 12 al 18 de mayo de este año la octava semana mundial para la seguridad vial. En ella se promueve la movilidad activa, las ciudades sostenibles y se elaboran peticiones para los gobiernos y autoridades la implementación de medidas para mejorar la infraestructura vial y la seguridad para los usuarios más vulnerables.

El uso de las vialidades en nuestro país ha ido en incremento, cada vez son más los vehículos que circulan por las calles, pero además el transporte público también ha aumentado considerablemente, pero a pesar de que mucha de la economía del país depende de las carreteras y las vías de comunicación, todo pareciera indicar que los gobiernos no están buscando atender nuestra realidad.

* Consultor en temas de seguridad, inteligencia, educación, religión, justicia y política



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