Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es una aventura secundaria de la serie de Like a Dragon, antes conocida como Yakuza, en la que volvemos a tomar el control de Goro Majima para robar un barco pirata y cumplir el sueño de un niño de conocer el mundo mientras tratamos de recuperar los recuerdos de este legendario guerrero callejero japonés.
La aventura comienza con justamente Majima perdido en una playa luego de un accidente que le provocó amnesia, ahí le brinda ayuda un niño, al que prometemos llevar a viajar por los mares. Esta es una historia engañosa, ya que como tal dura aproximadamente 20 horas, pero hay tanto contenido adicional, que bien puede pasar a segundo plano la trama mientras nos divertimos jugando a los piratas, pasando minijuegos o buscando tesoros escondidos por el mundo.
El gameplay se divide básicamente en 2: cuando estamos en tierra y cuando estamos navegando. En tierra hay decenas de horas de cosas que hacer, como tomar fotos de lugares conocidos, repartir comida haciendo trucos en la bici, carreras de karting y hasta exámenes para graduarnos de una escuela vocacional. Esto además de un catálogo de clásicos de SEGA, historias secundarias y por supuesto, la trama principal.
Mientras exploramos, más seguido de lo que me gustaría hay enfrentamientos que buscan cobrar la recompensa que hay sobre la cabeza de Majima, así que deberemos estar peleando constantemente para que nos dejen en paz. Este sistema de combate depende de los puños de Majima y una daga, a diferencia de cuando está en el barco, donde usa dos sables, gancho y pistola, aunque ambos se pueden usar en cualquier situación.
Así como estos personajes buscan esa recompensa, Majima puede recolectar las de otros criminales que son demasiado peligrosos para la policía, es una de las mejores fuentes de ingresos del juego. Adicional a eso, podremos buscar guaridas con tesoros y enfrentar a tripulaciones peligrosas en el barco.
Por otro lado, la navegación presenta un robusto sistema de combate del que bien podría haber aprendido un fallido juego de piratas que tuvo un presupuesto estratosférico. Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii no es tan clavado como un Sea of Thieves, donde hay que realizar cada tarea del barco por separado, pero sí tiene un sistema en el que Majima da órdenes de disparar, reparar y de repente debe soltar el timón para ayudar a apagar incendios, levantar a sus nakamas caídos y subir a disparar desde la cofa del barco a los enemigos.
Cabe mencionar que el juego se ríe de sí mismo y no se toma muy en serio, así que en cualquier momento tendremos escenas de humor y cualquier cantidad de cosas ridículas como el hecho de tener animales y botargas como parte de la tripulación. Y siguiendo por ese camino, el barco cuenta con unos propulsores que nos permitirán derrapar en el agua para hacer maniobras de combate y varios tipos de cañones, desde los tradicionales, hasta lanzallamas o lásers.
Una vez que dañamos suficiente a los enemigos, en algunos combates habrá la posibilidad de abordarlos, lo que desata una batalla campal en la que deberemos ir venciendo a la tripulación enemiga, enfocándonos en sus oficiales principales y su capitán. Estos suelen tener habilidades especiales igual que Majima, que además de los clásicos aumentos de ataque y defensa, puede conseguir 4 instrumentos oscuros, que al tocarlos liberarán a una serie de espíritus naturales que pelearán a su lado.
Para triunfar en ambas, es importante conseguir suficiente dinero para mejorar tanto las habilidades de combate de Majima, como su barco y su tripulación. A esta última deberemos buscarla en el mapa y para reclutarlos suelen tener ciertos objetivos o condiciones que hay que cumplir y una vez reclutados subirán de nivel conforme participen en combates y abordajes.
Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii es un juego muy ligero, que tiene muchas cosas que hacer, lo que se agradece a la hora del grind, ya que casi siempre podemos hacer cosas diferentes para subir de nivel en vez de repetir algo una y otra vez. Además no se toma muy en serio, por lo que seguido nos dará momentos de risa a la vez que deja fluir la adrenalina en los combates, que rara vez son difíciles, pero no dejan de ser divertidos.
Deja una respuesta